Entrevista a María Mittelbrunn Herrero, científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e investigadora principal del laboratorio de inmunometabolismo e inflamación en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO- CSIC- UAM)
Preséntenos su investigación
En mi laboratorio, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO- CSIC- UAM), estamos interesados en entender por qué con la edad nos volvemos más vulnerables a muchas enfermedades, incluidas enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Cuando entendamos exactamente qué tienen en común todas estas patologías que aparecen con la edad podremos encontrar mecanismos moleculares comunes y tratamientos para retrasar no una, sino varias enfermedades al mismo tiempo.
En concreto, la hipótesis con la que trabaja nuestro laboratorio es que con la edad hay un declive de la función del sistema inmune y este deterioro no solo nos hace mucho más vulnerables a las infecciones y al cáncer, sino que también aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Para demostrar nuestra hipótesis, hemos conseguido desincronizar el envejecimiento del sistema inmune en ratones de investigación del envejecimiento del resto de sus órganos y tejidos. Hemos generados unos ratones en los que todos sus linfocitos T envejecen de forma prematura. Así, hemos conseguido reproducir en un ratón joven muchos de los signos de envejecimiento del sistema inmune, incluyendo una menor respuesta a una vacuna y una mayor vulnerabilidad frente a infecciones. De hecho, cuando infectamos estos ratones con un virus muy letal, el virus de la ectromelia (ECTV), similar a la viruela, el 100% de los ratones jóvenes pudieron sobrevivir a la infección, mientras que el 100% de los ratones viejos sucumbieron. Ni uno solo de los ratones mutantes (jóvenes) sobrevivió a la infección. Es decir, habíamos generado un ratón que tiene al poco de nacer el sistema inmune ya envejecido.
Y ¿qué ocurre cuando nuestro sistema inmune envejece de forma prematura?
Cuando nuestro sistema inmune envejece de forma prematura no solo nos volvemos más vulnerables a infecciones, con menos capacidad de generar una respuesta inmune específica frente a una vacuna y con mayor riesgo de padecer cáncer, sino que además, confirmando nuestra hipótesis, pudimos observar que esos ratones empezaban muy pronto a padecer enfermedades cardiovasculares, pérdida de masa muscular y deterioro cognitivo. Y, de hecho, la vida media de estos ratones se reducía a la mitad. Lo cual nos indica que el sistema inmune no solo nos protege de infecciones y cáncer, sino que cuando no funciona bien o está envejecido, comienzan a aparecer enfermedades asociadas a la edad y se empiezan a acumular células zombis (senescentes) en nuestros tejidos.
En resumen, es como si el sistema inmune “contagiase” su envejecimiento al resto de los tejidos. Esto tiene importantes consecuencias en el campo del envejecimiento, y nos hace plantearnos la posibilidad de rejuvenecer el sistema inmune, o al menos prevenir su deterioro, y comprobar si con eso podríamos rejuvenecer alguna de las manifestaciones del envejecimiento.
¿De qué manera contribuye su investigación a afrontar los desafíos de la sociedad?
“Los algoritmos de las grandes compañías pueden determinar con bastante precisión si vamos a realizar una comprar al visitar su página web utilizando la información sobre nosotros que les permitimos recopilar”
Con el incremento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad, nuestra sociedad está cada día más envejecida. Se calcula que en 2050 más del 40% de la sociedad tendrá más de 60 años. A partir de esa edad, el riesgo de tener no una sino varias patologías a la vez se incrementa exponencialmente. A este fenómeno se le llama multimorbilidad asociada a la edad. Debemos entender por qué la edad nos vuelve más vulnerables a todas estas patologías. Si pudiéramos encontrar mecanismos moleculares comunes, seríamos capaces de proponer estrategias terapéuticas que retrasen la aparición de varias patologías asociadas a la edad. Creo que es un desafío urgente y prioritario que nos permitiría tener un envejecimiento saludable.
¿Por qué es importante hacer llegar a la sociedad el trabajo de los científicos y las científicas?
La pandemia ha puesto a los científicos en el punto de mira. Nos ha dado voz y ha permitido que la sociedad conozca la importancia de nuestro trabajo. Los científicos tenemos ahora una oportunidad única para conseguir que la opinión publica valore nuestro trabajo, entienda su importancia y nos apoye. La investigación, la ciencia, la tecnología y la educación son pilares de los países más competitivos y prósperos. La financiación de los laboratorios de investigación depende principalmente del dinero público y de donaciones particulares. Necesitamos que la sociedad valore, aprecie y apoye nuestro trabajo, que se reclame a los políticos que apuesten por la ciencia. Eso nos hará progresar como país y como sociedad.
¿Qué papel ha desempeñado la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la Universidad Autónoma en el desarrollo de su patente?
Algunos de nuestros resultados han dado origen a solicitudes de patentes. Por ejemplo, hemos demostrado que un suplemento alimenticio ribósido de nicotinamida puede retrasar aneurismas aórticos, tanto genéticos como originados por otros factores de riesgo como consecuencia de la edad y de una mala alimentación. Desde la OTRI se nos ha ayudado a presentar la solicitud de patente para proteger este descubrimiento. Pero llega un momento en que las OTRI de nuestras instituciones no pueden seguir financiando el procedimiento y se necesitan empresas interesadas en comercializar la patente. El problema es que para encontrar empresas que estén interesadas en nuestro descubrimiento hay que dedicarle tiempo. Y es ahí donde hay un vacío. Ni la OTRI ni los investigadores salvan ese hueco y la mayoría de las patentes se quedan sin explotar. Desde el laboratorio, donde hacemos los experimentos, escribimos proyectos, interpretamos los resultados y, además, divulgamos nuestros datos en congresos y conferencias. El mundo empresarial nos queda lejos y nuestros descubrimientos no llegan a comercializarse. Es fundamental salvar esta brecha y que los descubrimientos se puedan aplicar para que realmente beneficien a la sociedad.
Ya sé que me dirá, como buena investigadora, que la ciencia no tiene fronteras, ni nacionalidad… pero no por ello deja de ser cierto que la ciencia la hacen personas concretas en lugares determinados. Muchos de ustedes han recibido fondos públicos, becas, presupuestos para desarrollar su carrera. Permítanme hacer la pregunta: ¿Cómo avanza la ciencia en Madrid?
Madrid está avanzando y se están haciendo progresos y política científica a nivel de la Comunidad de Madrid. Pero hay comunidades autónomas que nos llevan cierta ventaja, como Cataluña, que cuenta con el programa ICREA para atraer talento. Consiste en contratos para líderes científicos de reconocida trayectoria, con un sueldo y unas condiciones muy atractivas. Eso atrae a brillantes investigadores que, a su vez, atraen inversión. Por ejemplo, en el programa ERC Starting Grant, que reconoce y financia a los jóvenes científicos con mayor potencial para liderar una nueva línea de investigación, en su última convocatoria, cinco de los seis proyectos en la categoría de Ciencias de la Vida que concedieron en España fueron para Cataluña. Y, en la categoría de Humanidades, siete de nueve. Cada uno de esos proyectos está dotado con 1,5 millones de euros. La inversión atrae talento y el talento atrae inversión.
