El nacimiento de la Química de proteínas. De la ovoalbúmina a la estructura de la hemoglobina (1800-1960).

Desde que un primate comenzó a caminar erguido, nuestra especie ha ido logrando avances del todo inimaginables para los predecesores. Y todo ello ha sido posible gracias a esa innata curiosidad que caracteriza a los mamíferos, y que, en el caso del hombre, ha dado lugar a eso que se llama Ciencia. Sin embargo, ésta siempre ha estado muy alejada de la gran mayoría de la población. Ello en parte es debido a que la Ciencia requiere del conocimiento de una serie de conceptos básicos, pero imprescindibles, para moverse a través de sus desarrollos. Pero también porque los científicos pueden ser incapaces de transmitir sus logros de una forma asequible y amena, cuando no incompresible y aburrida.

En unos momentos en que la Ciencia requiere de fondos públicos para proseguir su avance -ya que los mecenas no pueden financiar la búsqueda de las grandes respuestas- es necesario que la actividad científica cale en la sociedad, de modo que la perciba como algo imprescindible para mejorar y armonizar el mundo que conocemos. Por ello es muy necesaria una buena labor de divulgación de la Ciencia, que nos la acerque sin perder su imprescindible rigor.

Una parte importante de la actividad científica se centra hoy en día en las proteínas, como responsables no de lo que somos pero sí de lo que hacemos. Y, sin embargo, las proteínas son muy poco conocidas, más allá de algunos comentarios relativos a su presencia en ciertos alimentos de la dieta.

Álvaro Martínez del Pozo es un profesor universitario de Bioquímica y Biología Molecular, que viene trabajando desde sus inicios en el estudio de las inequívocas relaciones que hay entre la estructura y la función de las proteínas. Es, por tanto, un científico, y bueno, de las proteínas. Pero, también es una persona apasionada y con gran vocación por hacer la Ciencia algo más asequible para la sociedad. Ello se ha plasmado en toda una serie de exitosas actividades divulgativas al nivel de los estudiantes de Bachillerato, y, ahora, se ha concretado en este libro, que revisa la historia de las proteínas. La obra está estructurada de un modo inteligente, recogiendo un glosario de aquellos términos cuyo significado podría estar fuera del alcance del lector no especializado, lo que le va a permitir avanzar en la lectura sin tener la sensación de que se está perdiendo algo. Pero, sobre todo, esta obra tiene rigor científico y es muy amena. Además de desarrollar los acontecimientos y presentar a sus protagonistas, nos muestra sus aspectos humanos, acercándonos a aquellos que han construido la Historia de las Proteínas. Por todo ello, este libro es muy recomendable para cualquiera que sea aficionado a la lectura, incluso para los especialistas de este campo científico tan apasionante. Por cierto, el profesor Martínez del Pozo es un gran esquiador, algo que quizás el lector puede descubrir en esta obra.