Es un dedo raro, con solo dos falanges, sin embargo marcó la evolución humana de una manera vertiginosa
En un yacimiento de Swartkrans, en Sudáfrica, han encontrado restos de homínidos de hace dos millones de años. Tras diversos estudios, han descubierto que estos primitivos antepasados ya tenían dedos pulgares muy similares a los actuales. Curiosamente, este útil dedo no lo poseían los Austrolopitecus, aunque eran capaces de fabricar herramientas.
Según explica Tracy Kivell, paleoantropóloga de la Universidad de Kent, en Science, el estudio ha sido complicado, ya que los fósiles no conservaban los músculos. Los huesos de la mano son más pequeños que los actuales y algo distintos. Los han comparado con distintos fósiles, desde el Australopithecus afarensis, hasta los primeros Homo sapiens y los chimpancés y humanos modernos.
Desarrollaron un modelo biomecánico para recrear cómo funcionarían esos pulgares y descubrieron que no hay demasiadas diferencias con el dedo pulgar que poseemos en la antigüedad.
El dedo clave
"Si nos fijamos en las manos de los chimpancés, tienen palmas muy largas y dedos muy, muy largos, pero el pulgar parece cómicamente corto en comparación con el nuestro, y débil", dijo el paleoantropólogo Osbjorn Pearson en la Universidad de Nuevo México, según recoge Inside Science.
"En algún momento de nuestra evolución, los cuatro dedos se encogieron y también lo hizo la palma, pero el pulgar se hizo muy grande en comparación con el de los chimpancés", explica Pearson. Que el pulgar sea oponible al resto de los dedos nos permite realizar funciones finas, además nos permite disfrutar de la fuerza necesaria para sujetar una herramienta.
Este hallazgo destaca el papel adaptativo crucial que esta ventaja biomecánica probablemente jugó en el curso de la evolución biológica y cultural de nuestro género.
