Según un nuevo estudio, publicado en la revista <a href="https://www.science.org/doi/abs/10.1126/science.aak9607" title="Science" alt="Science" target="_blank">Science</a>, el control que el atún tiene sobre sus aletas para realizar vueltas y movimientos precisos al nadar es posible gracias a la actividad hidráulica del sistema linfático. Asimismo, los investigadores descubrieron que dicha especialización del sistema linfático está asociada a otros peces de la familia <i>Scombridae</i>, lo cual sugiere que podría haber surgido en respuesta a la necesidad de estas especies de alto rendimiento de tener un control más sofisticado de sus maniobras.
Tras disecar aletas de atún, Vadim Pavlov y sus colegas descubrieron un compartimiento en forma de cámara, o seno vascular grande, ubicado en la base de la segunda aleta dorsal y de la aleta anal. Al bombear líquido dentro de la cámara, se logró un ajuste controlado y preciso de las aletas.
Durante el seguimiento a corta distancia de ejemplares de la especie mientras nadaban, los investigadores descubrieron que el grado de erección de las aletas aumentaba cuando el pez se encontraba realizando acciones que requerían cambios frecuentes en la dirección del movimiento, tales como la búsqueda y la alimentación, en comparación con cuando el pez simplemente circulaba.
A continuación, los investigadores inyectaron un líquido especial en el seno vascular del atún para rastrear la fluidodinámica en todo el sistema. La inyección solo se aplicó en una subsección de vasos sanguíneos cuya morfología es similar a la de las venas, una característica del sistema linfático, que ayuda a distribuir las células inmunitarias.
El análisis del líquido que se encuentra de manera natural en el seno vascular del atún reveló una alta cantidad de células linfáticas relacionadas con las que se encuentran en la sangre, lo que además sugeriría que el seno vascular forma parte del sistema linfático.
Pavlov et al. también encontraron un seno vascular con las mismas características de precisión en otros escómbridos, lo que implicaría que el seno vascular se desarrolló en dicha familia para responder a la necesidad de los peces de disponer de una alta precisión al nadar. Estos descubrimientos se destacan en un estudio de Perspective de Michael S. Triantafyllou.
