Una idea de negocio vale mucho si se sabe vender bien. Y es que, el emprendedurismo, se ha convertido en una fiebre que ha ampliado las dos partes de la barrera, el número de vendedores y el de financiadores. Las altas cifras de paro, más de seis millones de personas, incitan a agudizar el ingenio más que nunca, obligando a los jóvenes, y no tanto, a crear su propio puesto de trabajo.
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