Un equipo internacional con presencia española ha calculado la evolución temporal de los elementos químicos en nuestra Galaxia
Un equipo internacional de investigadores en el que participa la Universidad de Granada ha descrito cómo, dónde y cuándo se forman los elementos químicos más pesados que el hierro en la Galaxia, algunos como el oro o el platino.
La detección en el año 2017 de elementos pesados, como el oro o el platino, como resultado de la fusión de dos estrellas supuso un hito en el campo de la nucleosíntesis estelar y la astrofísica nuclear, ya que este tipo de investigación nunca antes había despertado tanto interés.
Desde entonces, una cantidad ingente de trabajos teóricos intentan reproducir mediante modelos estelares estas observaciones para identificar con precisión cómo, dónde y cuándo se forman los elementos más pesados que el hierro.
Esta es la idea fundamental del trabajo publicado recientemente en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, un estudio liderado por el investigador de la Universidad de Granada Carlos Abia, del departamento de Física Teórica y del Cosmos, junto a investigadores franceses e italianos.
La mayoría de los isótopos más pesados que el hierro se producen en el interior de estrellas mediante un proceso de captura de neutrones, ya sea lenta o rápida, aunque algunos pueden ser también producidos a través de captura de protones.
Sin embargo, los modelos teóricos que intentan reproducir el proceso tienen un poder predictivo todavía muy limitado por la complejidad en reproducir estas explosiones estelares y la enorme incertidumbre que existe en las propiedades nucleares de los isótopos.
En este artículo, se ha utilizado un modelo de evolución química de galaxias mediante que simula numéricamente la interacción entre estrellas de diferente masa y metalicidad de diversas generaciones y el gas interestelar para calcular la evolución temporal de los elementos químicos en nuestra Galaxia.
Por primera vez, la producción estelar de los diversos elementos químicos se ha calculado mediante códigos numéricos estelares homogéneos, es decir, utilizando las mismas aproximaciones e ingredientes físicos.
