La construcción de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes en la Ciudad Universitaria se realizó entre 1942 y el otoño de 1945, fecha en la que fue inaugurada oficialmente. El nuevo recinto recogía el testigo de la enseñanza de la práctica forestal desarrollada primero en Villaviciosa de Odón, posteriormente en San Lorenzo del Escorial y por último en un edificio de la calle Rey Francisco de Madrid, totalmente destruido durante la Guerra Civil. El proyecto de la Escuela, obra de Pedro Bidagor Lasarte y Luis de Villanueva, se ajustó a los patrones estéticos imperantes en la arquitectura oficial del primer franquismo: el conjunto emula los palacios reales próximos a Madrid, particularmente los del barroco toledano; el edificio se construyó en ladrillo rojo, con remates de piedra blanca de Colmenar, granito y torres empizarradas. Al modo de los viejos palacios, y aprovechando los desniveles topográficos, se rodeó de un amplio espacio ajardinado.
Vista general del Arboreto de la Escuela de Montes
Este espacio ajardinado cumplía una doble misión: por un lado contribuyó a la regeneración forestal de la Ciudad Universitaria, seriamente dañada durante la Guerra Civil, y por otra permitía acercar, a los alumnos de la Escuela de Montes, las especies vegetales de interés forestal. La diversidad vegetal del arboreto es alta, han sido inventariadas casi 400 especies de plantas vasculares.
El Arboreto presenta tres espacios claramente diferenciados: una primera zona de carácter boscoso transitable a través de sendas, una segunda con un ajardinamiento clásico, en torno al edifico principal de la Escuela y una tercera, destinada a la aclimatación y cultivo. En la primera de estas áreas se encuentran algunas de las especies arbóreas autóctonas de la Península Ibérica de interés forestal; su disposición salva el desnivel existente entre la zona de acceso a la Escuela y el grueso de las instalaciones. El conjunto arbóreo recrea condiciones medio ambientales que permiten el anidamiento de avifauna, facilitado por la instalación de nidos artificiales en la copa de algunos árboles.
Grupo de chopos (izquierda) en uno de los cuales se observa un nido artificial y alcornoque parcialmente descortezado (derecha)
La estructura del emparrado utiliza los mismos materiales constructivos del edificio principal. El ladrillo se constituye en el elemento básico del jardín, pasando a mostrarnos una zona de naturaleza domesticada, frente a la esencia silvestre del área boscosa. Esta organización del espacio se acentúa mediante la utilización de especies vegetales de carácter ornamental. Adyacente a los edificios se encuentran pequeñas parcelas o patios que presentan un ajardinamiento tradicional con árboles de climas templados, básicamente olivos y palmeras.
En las inmediaciones del edificio central de la Escuela se construyó un emparrado de hierro, inicio de un paseo ajardinado cuyo final se sitúa en una glorieta de cipreses.
A espaldas del edificio principal de la Escuela se sitúa el tercero de los espacios que conforman el Arboreto: los invernaderos y el área de cultivo a cielo abierto. El invernadero principal, concebido como espacio de exhibición, forma parte del proyecto original de Bidagor y Villanueva; presenta una estructura acristalada sobre un lienzo de pared que juega con los elementos constructivos y la estructura visual del edificio destinado a la enseñanza. Junto a este invernadero de exhibición se encuentran otras estructuras, de más reciente construcción, utilizadas como espacios de apoyo a la investigación y jardinería.