• Peso del átomo 12,011

    Que eso que es negro o blanco o transparente,
    duro o blando, que se tizna o brilla que
    aquello con lo que cortamos, damos brillo, calentamos o escribimos
    sea uno y lo mismo,

    que eso pueda llevar a cabo 106 matrimonios diferentes,
    formar panales, rejas, cadenas, anillos, ovillos,
    cordones y tornillos, que lo respiremos,
    con eso volemos, que con eso podamos asfixiarnos,

    y que nada de lo que vive viva sin eso -
    nadie, excepto aquellos que todo lo quieren saber,
    habría caído en la cuenta y ahora no sabemos
    lo que con eso que queríamos saber

    deb

  • Canto al cuadrado divino

    Canto al cuadrado divino, avanzo desde el Único,
    desde los lados, desde lo viejo y lo nuevo,
    desde el cuadrado enteramente divino,
    sólido, de cuatro lados (todos los lados necesarios),
    desde este lado soy Jehová,
    soy el viejo Brahma y soy Saturno;

  • Teoría de supercuerdas

    Restos de convulsos
    argumentos de diez dimensiones
    con tres expuestos, y los siete restantes
    Envueltos sobre si mismos

    Con el tamaño no más grande
    Que diez a menos treinta y tres
    requieren veinte millones más
    De la energía que puede producir
    cualquiera de aquellas partículas que chocan

    Sólo para ver
    Si las fuerzas están amarradas en el núcleo
    o pueden unirse
    Relajo las suposiciones un poco
    De pronto, todo tiene sentido

    La débil fuerza
    Se une con la gravedad
    Las flores se abren
    Los profesores danzan

    Restos de convulsos

  • Madrastra nada

    Madrastra nada
    desde tu vientre crecen
    los límites viajeros
                        y en tus adentros
    los rincones del espacio conocido
    desde planetarios japoneses
                        fantasías
    de novelistas domingueros
                        y músicos concretos
    (creen en el miedo de los come

  • Sistema límbico

    Es viejo, es blando,
    no se comprende,
    no sabe lo que significa limbus,
    lo que es un sistema.

    Entre las cavidades y el cuerpo calloso
    un limbo, diminuto.
    Hipocampo, cíngulo, amigdaloide:
    que no puede acordarse
    de sí misma.

    Incontrolable
    controla
    el miedo, el placer, el crimen y el vicio.

    Sus lazos y fibras,
    un árbol de cables
    en lo hondo del cerebro
    intra y extramural.

    Corrientes ocultas, incendios sin llamas,
    cortocircuitos.
    Pequeños defectos
    que escalan rápidos.

    Un impulso en el mando
    y

  • Progreso tecnológico

    Les digo a mis hijos, tienen que aprender
    A insinuarse al mundo
    Tienen que saber trabajar
    Sobre y acerca de él.

    La molecularidad del ser, tienen que conocer
    Cómo empujar con cuidado
    Puñados de si mismos, en los píxeles,
    Campos de energía, curvas gaussianas, el salto.

    Funciones de la vida,
    tienen que entender sin lugar a dudas
    El tonto baile de los neutrones y electrones
    y aprender a navegar

    Avances en nuevos materiales: láseres azules
    Ondas bifásicas, de estado sólido, de forma de épsilon
    Computación cuántica, fabricación a escala nano

  • Meditación clínica

    En la escalera automática, en la playa, en el espejo de afeitar:
    por todas partes minusválidos, pacientes, necesitados de
    asistencia,
    pero nadie es enfermizo o imbécil. Murieron
    los achacosos. Ya no se habla
    de ahoguíos, emplastos del corazón, ni vapores.
    ¿Dónde quedó la gangrena,
    el sudor inglés y la grapa?
    Tampoco las plagas duran eternamente.
    Palabras de horror desaparecidas: matalobos,
    intertrigo y garrotillo.

  • Elementos de filosofía

    El camino que baja
    y el camino que sube
    son uno y el mismo
    dice Heráclito

    Pero el hombre que sube
    por esa escalera
    y el hombre que baja
    con la mirada perdida
    no son uno y el mismo

    Los caminos de la vida
    y los caminos de la metafísica
    no siempre conducen
    a la misma parte

  • Número imaginario

    Lector que estás leyéndome en algún interino
    declive de la noche, ¿qué sabes tú de mí?
    ¿En qué despeñadero de qué historia
    podemos encontramos?

                        Quienquiera que tú seas
    te exhorto a que me oigas, a que acudas
    hasta estos rudimentos del recuerdo
    donde me he convocado a duras penas
    para poder al fin reconocerme.
    Ven tú también si me oyes hasta aquí.

  • La botánica

    Paracelso llevaba una flor en cada mano:
    una, amarga y concreta, le enseñó
    la mezcla de lo exacto que embellece
    la ciencia en los manuales.
    Improbable, la otra
    le tentaba la sien más distraída
    dibujándole pozos sin final
    allí donde las brújulas se pierden.
    Su sabor, imagino, era más dulce.
    Botánica secreta,
    igual que a Paracelso
    permíteme espiarte las raíces,
    que tu tallo al hervir se transparente
    aunque sea un instante y luego sigas
    creciendo por la tierra alborotada,
    impregnando la atmósf