Fecha
Autor
Van Dijk, Teun A. Barcelona: Ariel, 2003. 187 pág.

Ideología y discurso. Una introducción multidisciplinaria.

LA LEGITIMACIÓN DISCURSIVA DEL RACISMO. Brillante análisis de la complejidad del discurso verbal, como soporte o instrumento de las ideologías. Reseña realizada por Fernando Ramallo. Universidad de Vigo

La reflexión sobre el papel del discurso en la reproducción de las ideologías ha venido ocupando un lugar prioritario en el programa científico de los analistas del discurso que optan por una perspectiva crítica. Tal es el caso de Teun A. van Dijk, cuyas aportaciones a este objeto de estudio se encuentran entre las más relevantes de las hechas públicas en las dos últimas décadas.

Como es bien conocido, la noción de ideología ha estado en el centro del debate desde finales del siglo XVIII cuando Destutt de Tracy acuñó el término para referirse a la "ciencias de las ideas". A partir de ese momento, la filosofía y en general las ciencias sociales han venido planteando algunos interrogantes sobre el estatuto teórico de dicha noción, sobre su consistencia como categoría analítica, sobre su naturaleza, sobre "el lugar" en el que buscar las ideologías, sobre su organización interna, sobre el control que ejercen con relación a nuestras acciones, incluso sobre la existencia o no de ideologías, etc. Y, como era de esperar, ha habido respuestas de todo tipo, muchas de ellas sobradamente conocidas: desde la identificación de la ideología como "falsa conciencia" (Marx/Engels) a la ideología como "conocimiento desnaturalizado" (Mannheim) pasando por la ideología como "dominación" (Althusser). Lo original de la propuesta de Van Dijk es que, más allá de estas consideraciones clásicas, este autor trabaja con un marco teórico alternativo en el que las ideologías se consideran "cogniciones sociales", esto es, un conjunto de creencias compartidas por un grupo, expresadas, reproducidas y legitimadas en la interacción social mediante mecanismos discursivos -aunque también mediante estrategias no verbales- más o menos explícitos. Así pues, son los grupos sociales los que tienen y aprenden ideologías y no los individuos en su condición de sujetos particulares. Alrededor de nuestros esquemas ideológicos básicos se organizan un conjunto de actitudes y prejuicios que dan forma a nuestras representaciones sociales. Se trata, por tanto, de una aproximación multidisciplinar a las ideologías que tiene en cuenta tres dimensiones: la cognitiva, la social y la discursiva. A cada una se le dedica un capítulo del libro.

Además de las cuestiones teóricas referentes a las citadas dimensiones, lo que nos parece más interesante de este libro es que en él se nos ofrece un modelo de análisis lingüístico de las estructuras ideológicas del discurso, que se diseña alrededor de cuatro principios básicos: a) maximizar nuestros aspectos positivos, b) minimizar sus aspectos positivos, c) maximizar sus aspectos negativos y d) minimizar nuestros aspectos negativos. He aquí, en toda su sencillez, la base ideológica del discurso, manejada sin apenas escrúpulos por algunas de las instituciones ideológicas dominantes en la época actual, como ocurre con frecuencia en los medios de comunicación.

En dicho análisis, Van Dijk hace uso de un conjunto de unidades procedentes de las corrientes lingüísticas emergentes en el último tercio del siglo XX, desde la lingüística del texto al análisis del discurso pasando por la teoría de la argumentación o las formulaciones modernas de la retórica, para elaborar un análisis ideológico del discurso racista a partir de la trascripción de un debate sobre el fenómeno de la inmigración celebrado en la Cámara de los Comunes del parlamento británico. Dicho análisis, junto con la reproducción del texto en versión bilingüe (inglés y español), ocupa la mitad del libro.

Este análisis permite plantear nuevas preguntas. Tal vez las más interesantes busquen comprender cómo se relacionan las ideologías con los discursos. ¿Controlan las ideologías los discursos o más bien son éstos un mero vehículo de expresión de aquéllas? ¿Es el discurso estructurante o estructurado con respecto a las ideologías? Sea cual sea la respuesta a estos interrogantes, la relación entre ambos conceptos es evidente. En palabras de Van Dijk "el discurso es la práctica social más importante, la única que se expresa directamente y que, por lo tanto, tiene la capacidad de divulgar las ideologías. Una teoría de la ideología sin una teoría del discurso es, por consiguiente, incompleta".

En un momento tan sensible con los procesos de construcción de la nueva Unión Europea, este libro actúa como alerta contra la utilización del discurso para reproducir una visión, por lo general desproporcionada, del fenómeno de la inmigración y de sus consecuencias en dicha construcción. Estar contra la naturalización de las nuevas expresiones de la ideología racista significa estar alerta y colaborar en la visibilidad de las nuevas formas del discurso que, mediante estrategias cada vez más sofisticadas, proporcionan argumentos para que los más débiles sigan siendo los mismos.

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