Y con mi tecnología de transformar la infinita ENERGÍA GRAVITATORIA EN ELÉCTRICA, DIRECTAMENTE EN UNA MÁQUINA, que podría acabar con toda la pobreza de la humanidad, que también me costó muchos años de trabajo y todos los ahorros de mi vida, me pasó lo mismo.
A la mayoría de los ricos no les interesaba, porque sin pobres ellos no serían ricos. Y a la mayoría de los pobres tampoco, porque lo que querían era ser ricos.
Y la energía escasa era el gran negocio de los muy muy ricos.
Y a algunos de los países que tenían mucha energía y la habían querido vender barata para ayudar a los pobres, les habían invadido, y matado a sus dirigentes socialistas con otros millones de inocentes que les apoyaron, con lo que implantar mi tecnología habría significado la muerte para mí y los que me ayudaran. Por la misma razón de bajar los precios y arruinar ese negocio de los muy muy ricos capaces de invadir países.
Por esa razón, y esa gracia/regalo de Dios, sigo vivo y sigue mi tecnología como una posibilidad aún remota.
Y aquí enlazo otra vez, con la idea del tiempo de Dios, de los plazos de Dios.
Ahora toda la Europa oficial clama por una energía barata.
Ahora toda la humanidad más formada y responsable, reclama una energía limpia y no contaminante.
Y toda la humanidad solidaria y compasiva reza porque termine la pobreza energética y el sufrimiento de tantas personas que aún tiritan de frío de forma habitual, o se asfixian de calor sin poder dormir. O no pueden comer cada día tres veces, ni de calidad, ni usar agua limpia.
Y yo no acabo de asumir que los plazos de Dios tengan que someterse a las bandas de las minorías que nos someten a las inmensas mayorías a sufrir o ver sufrir, y a soportar mentiras como grandes piedras en los hombros que entristecen la belleza inmensa de esta forma de vida en este planeta del tiempo/espacio ..
¡Paz y bien!
Pásalo. Para que vayamos siendo muchos los que sepamos que se puede terminar con el hambre en el mundo y con la pobreza extrema que aún soportan varios miles de millones de seres humanos.