El hecho de que se quiera legislar por ley la verdad es inquietante pues las mayorías democráticas no son permanentes, la mayorías en Democracia son variables en función de las elecciones cada cuatro años por lo tanto la “verdad” histórica no puede ser alterada cada cuatro años en función de los vaivenes de la política. La Democracia es un valor absoluto, pese a sus defectos pero la “verdad” definida por la mayoría del intervalo temporal de su mandato declarando “herejía” a cualquier interpretación de la realidad que no se ajuste a canon establecido y declarando que es desinformación conlleva el peligro de imponer una interpretación arbitraria de una parte de la sociedad que en ese momento ostente la mayoría Democráticamente. La inquisición actúaba con un mandato supuestamente por el bien social, pero desde la perspectiva actual es más que cuestionable. La libertad de expresión es sin duda un valor fundamental que peligra frente a la imposición coercitiva del canon imperante en una mayoría de un partido elegido Democráticamente pero cuyo mandato es temporalmente efímero.