Un estudio divulgado por <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-017-00349-2" title="Nature Communications" alt="Nature Communications" target="_blank">Nature Communications</a> vincula la exposición de las mujeres embarazadas a los pesticidas con anomalías en bebés recién nacidos, aunque solo cuando el contacto con esos químicos se produce a niveles muy altos.
La investigación fue realizada por un grupo de expertos de la Universidad de California en Santa Bárbara (Estados Unidos), que evaluaron datos extraídos de la zona del Valle de San Joaquín, en California, un entorno eminentemente agrícola.
Según indica la citada publicación británica especializada, hasta la fecha los estudios científicos previos mostraron que los trabajadores del sector agrario sufrían efectos negativos en su salud derivados del contacto con los pesticidas empleados. No obstante, no quedaba claro cómo afectaba exactamente a esos individuos vivir al lado de áreas agrícolas.
La experta Ashley Larsen y un grupo de colegas investigaron la relación entre la exposición a los pesticidas y los nacimientos de niños, tras analizar 500.000 partos registrados entre 1997 y 2011 junto con los niveles de pesticidas empleados en la zona del Valle de San Joaquín.
Para llegar a esos hallazgos, los expertos se centraron en el peso que tenían los bebés al nacer, la edad gestacional y las anomalías que sufrían.
Según los resultados de la investigación, la exposición a niveles muy elevados de pesticidas durante el embarazo aumenta, entre un 5 y un 9%, las probabilidades de tener partos con problemas, relacionados con factores como el peso del bebé, la edad gestacional, y posibles anomalías.
Los expertos consideran que con la aplicación de políticas adecuadas, centradas en aquellas personas que se encuentran en situación de riesgo, se podrían reducir las anomalías detectadas en los partos a consecuencia de la exposición de la madre a pesticidas durante el embarazo.