La masificación turística, existente en muchas capitales europeas, fue protagonista de muchos debates el verano pasado en nuestro país y ha sido un foco de atención en la última edición de Fitur, que acaba de cerrar sus puertas. De la mano de la profesora María Jesús Such, coordinadora del grupo de investigación <a href="https://www.uah.es/es/investigacion/unidades-de-investigacion/grupos-de-investigacion/Analisis-del-Sector-Turistico-e-Innovacion./" title="Análisis del Sector Turístico e Innovación" alt="Análisis del Sector Turístico e Innovación" target="_blank">Análisis del Sector Turístico e Innovación</a> de la <a href="https://www.uah.es" title="Universidad de Alcalá" alt="Universidad de Alcalá" target="_blank">Universidad de Alcalá</a> (UAH), revisamos las causas de este hecho y su nivel de gravedad en España.
En los últimos años, ha habido un cambio de paradigma en los hábitos turísticos de ciudades de todo el mundo. El gran crecimiento del turismo urbano, de congresos internacionales y del turismo de cruceros -que puede resultar muy invasivo para las localidades en las que atracan los barcos- ha supuesto la sobrecarga de muchas ciudades españolas. Del mismo modo, la proliferación de líneas aéreas de bajo coste combinada con la flexibilidad horaria de los trabajos y la fácil movilidad dentro del espacio europeo se han traducido en un aumento del número de viajes de corta duración. Además, la competición entre distintas ciudades por captar turistas en ocasiones deriva en una mala gestión, con la consiguiente sobrecarga urbana o un impacto medioambiental importante.
Sin embargo, según la profesora Such, a pesar de que España es uno de los países líderes del turismo mundial, "la turistificación no es aún un problema grave en todos los destinos turísticos de sol y playa" y no es exclusivo de las capitales. Aunque este proceso se suele relacionar con destinos como Barcelona, Madrid, Palma o Málaga, hay otras zonas igual de afectadas, como las de nieve o áreas naturales. "Se puede afirmar que los destinos más estacionales sufren más desequilibrios, si bien España está mejor preparada para acoger turistas que otros destinos con menor dotación de infraestructuras o inferior capacidad de alojamiento".
Los efectos positivos del turismo, como la creación de empleo, la recuperación del patrimonio o la multiculturalidad, a veces se ven mermados por sus aspectos negativos. La turismofobia de los residentes, derivada de problemas de convivencia o por el riesgo de agotamiento de recursos, está causando un "efecto rebote", y hay turistas que comienzan a valorar otras alternativas en Europa. Además, el cambio climático juega un papel muy importante, puesto que el turismo es, a la vez, causante y víctima de la contaminación y la sobreexplotación de recursos. Un factor también relevante para valorar el impacto del turismo es la gentrificación, un proceso por el que "se altera el perfil de los habitantes de ciertos barrios, normalmente céntricos, tras la llegada de vecinos con mayor poder adquisitivo, que pueden desplazar a sus habitantes tradicionales, que no pueden seguir el nuevo ritmo económico de la zona", según explica la profesora.
Algunos gobiernos ya han establecido medidas para reducir el impacto del turismo, como la llamada tasa turística o las cuotas sobre el número de visitantes en los cruceros. Pero, en cualquier caso, en la industria del turismo es necesario poner el foco de atención en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs). Agencias de viaje on-line (OTAs), vuelos de bajo coste o webs de alojamiento colaborativo tienen capacidad de modificar la elección de destino en los usuarios, lo que permite repartir y distribuir a los turistas en una política sostenible, transformando la relación del turista con su entorno.
Herramientas como Air BnB pueden masificar zonas urbanas pero, en destinos con alta temporalidad, pueden solucionar su baja rentabilidad en temporadas bajas, ofreciendo más alojamientos sin necesidad de recurrir a nueva construcción. Pero es necesario el intercambio de información entre la Administración Tributaria y las plataformas colaborativas para controlar la oferta total de los destinos. "El sector turístico debe ser motor de cambio del modelo productivo. La apuesta por el talento, el conocimiento (I+D+i) y la innovación es la base de la mejora del turismo en la era digital", concluye la Such.