La misión, que cuenta con una importante participación del INTA, ha completado con éxito la puesta en servicio y se dispone ya a hacer ciencia
Las primeras imágenes de Solar Orbiter, la misión de la ESA para la observación del Sol, se harán públicas este 16 de julio. Los representantes de los medios están invitados a asistir a una rueda de prensa online, que tendrá lugar a las 14:00 CEST (13:00 BST), y a charlar con los científicos responsables de la misión.
Lanzada el 10 de febrero, Solar Orbiter concluyó a mediados de junio su fase de puesta en servicio y efectuó el primer acercamiento a nuestra estrella. Poco después, los equipos científicos de Europa y Estados Unidos responsables de los diez instrumentos de la misión pudieron probarlos todos juntos por primera vez.
A pesar de las dificultades que los equipos experimentaron durante la puesta en servicio de la nave y los instrumentos debido a la pandemia de COVID-19, la primera campaña de imágenes ha sido todo un éxito. “Las primeras imágenes han superado nuestras expectativas”, reconoce Daniel Müller, científico del proyecto Solar Orbiter de la ESA. “Ya se ven indicios de fenómenos muy interesantes que hasta ahora no habíamos podido observar con detalle. Los diez instrumentos a bordo de Solar Orbiter funcionan muy bien y, juntos, ofrecen una visión integral del Sol y el viento solar. Así, confiamos en que Solar Orbiter nos ayudará a responder a preguntas de gran calado sobre el Sol”.
Nunca antes se habían tomado imágenes del Sol a tan poca distancia. Durante el primer perihelio, el punto en la órbita elíptica de la nave más cercano al Sol, Solar Orbiter llegó a 77 millones de kilómetros de la superficie de nuestra estrella, aproximadamente la mitad de la distancia entre la Tierra y el Sol. Más adelante, la nave llegará a acercarse aún más. En estos momentos, se encuentra en fase de crucero, ajustando gradualmente su órbita alrededor del Sol. Una vez en la fase científica, que empezará a finales de 2021, la nave llegará a situarse a 42 millones de kilómetros de la superficie de la estrella, más cerca de lo que se halla el planeta Mercurio. Los operadores de la nave irán inclinando su órbita para que esta pueda obtener la primera vista propiamente dicha de los polos solares.
Una misión internacional con importante participación española
Solar Orbiter es una misión espacial fruto de la colaboración internacional entre la ESA y la NASA. Doce Estados miembros de la ESA (Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Italia, Noruega, Polonia, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza), así como la NASA, han contribuido a la carga útil científica. Solar Orbiter es una misión clave para España, un país que lleva participando en programas científicos de la ESA desde la concepción de la Agencia. Los investigadores españoles tienen un papel destacado en dos de los diez instrumentos a bordo de la nave.
Por lo que respecta al INTA, ha realizado –dentro de un consorcio de instituciones españolas coordinadas por el Instituto de Astrofísica de Andalucía junto con el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, de Alemania, y otros institutos europeos- la puesta en marcha (diseño, fabricación e integración) de uno de los instrumentos de la misión, SO/PHI (Polarimetric and Helioseismic Imager for Solar Orbiter). El principal cometido de SO/PHI es medir el campo magnético vectorial y los flujos de velocidad a partir de las propiedades ópticas de la luz del Sol. En otras palabras, proporcionar el contexto magnético que precisan el resto de los instrumentos a bordo. El Departamento de Óptica Espacial del INTA ha liderado este ambicioso proyecto que incluye el desarrollo del telescopio de disco entero, los moduladores de polarización de la luz y la calificación espacial de los filtros espectrales sintonizables, entre otras importantes contribuciones.
El INTA también ha participado en otro instrumento de la misión, el coronógrafo METIS, cuyo cometido es ocultar el disco solar para no deslumbrar al instrumento y que aparezca la corona, que sólo puede observarse de esta forma; es decir, conseguir algo parecido a lo que puede observarse en los eclipses. METIS mide la corona y hace mediciones polarimétricas (de la polarización de la luz, cómo vibra la onda electromagnética); algo que también hace SO/PHI.
Un aspecto destacado de esta misión es la aplicación de la novedosa tecnología de cristales líquidos. El Departamento de Óptica Espacial del INTA, que cuenta con una importante experiencia en este campo, realizó en su día un estudio para validar para el espacio esta tecnología ya conocida y aplicada en tierra extensivamente, por ejemplo, en las pantallas de los televisores y los móviles. Una celda de cristal líquido requiere un altísimo nivel de calidad óptica, pero permite medir la polarización de la luz sin necesidad de hacer rotar mecánicamente ningún elemento en el instrumento óptico. Partiendo de un reto tecnológico, el profundo conocimiento científico adquirido gracias a una década de investigación ha permitido obtener una tecnología aplicada. Este proceso de innovación ha situado al INTA en una posición destacada y de reconocido prestigio internacional en el campo de la instrumentación óptica espacial, lo que le ha permitido desarrollar este tipo de dispositivos para el instrumento METIS, el coronógrafo de Solar Orbiter.
El Departamento de Óptica Espacial cuenta con dos salas limpias ópticas para la integración de instrumentación espacial. Una de ellas incluye un celostato para introducir luz solar, una característica singular de la que muy pocas salas limpias disponen en el mundo, para su utilización durante la fase de integración y verificación.