Seis médicos decidieron investigarlo y publicaron los resultados en una revista científica
Cansados de atender a padres angustiados tras ver a sus hijos ingerir piezas de Lego, un grupo de pediatras decidió realizar un estudio para evaluar cuánto tiempo tardan estos pequeños objetos en atravesar el aparato digestivo.
El artículo, publicado en 2018 en la revista científica Journal of Pediatrics and Child Health, tiene tres conclusiones principales: 1) una cabeza de lego tarde entre uno y tres días en ser expulsada del cuerpo; 2) no produce ninguna reacción nociva en el paciente; y 3) encontrar la cabeza de Lego entre las heces es más complicado de lo que lo parece, por lo que recomiendan a los padres que no lo hagan.