Fecha
Autor
Yolanda Valcárcel Rivera (Grupo de Salud Pública y Ecotoxicología de la URJC. Grupo ToxAmb Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos)

Presencia de medicamentos y/o metabolitos de uso humano en el agua de los principales ríos de la Comunidad de Madrid

En los últimos años la calidad del agua ha mejorado, principalmente debido a la creación de diferentes reglamentos de carácter ambiental unido a una mayor conciencia ambiental por parte de los ciudadanos. De esta manera se ha producido una reducción de las concentraciones en el agua de la mayoría de los contaminantes <em>"convencionales"</em> (metales pesados, contaminantes orgánicos, plaguicidas, etc...). Por el contrario, han empezado a aparecer lo que numerosos autores llaman ya como <em>"contaminantes emergentes",</em> entre los que se encuentran los medicamentos y sus metabolitos. Estos contaminantes, son definidos como compuestos que nos están incluidos en las regulaciones existentes de calidad de agua, y de las que aún desconocemos sus efectos a corto/largo plazo sobre los ecosistemas acuáticos y sobre la salud humana.

Ha sido a partir de los años 90 cuando el interés por los medicamentos como futuros contaminantes del agua empezó a incrementarse. Desde entonces numerosos estudios evidencian la existencia de contaminación por medicamentos en aguas superficiales, aguas subterráneas, saladores y de consumo humano. Estas investigaciones han sido realizadas en países europeos como Austria, Dinamarca, Inglaterra, España, Reino Unido, Rumanía, Italia, Francia, aunque también fuera de Europa, principalmente en Estados Unidos o Brasil.

Actualmente existen alrededor de 4500 fármacos en el mundo, de los que el 70% se encuentran en desarrollo. España se encuentra en el puesto 29 en cuanto a población pero se sitúa en el séptimo lugar en cuanto a consumo de fármacos (imshealth.com).


España realizó un gasto de cerca de 14 x 109 euros en fármacos en el año 2008, cerca de 300 euros per capita. Los grupos terapéuticos que más se consumen a nivel nacional son los relacionados con patologías cardiovasculares, analgésicos y sistema nervioso central.

La principal vía de entrada de estos contaminantes al medio ambiente es por una inapropiada eliminación de los fármacos o envases por parte de los usuarios

Partiendo de todo esto nos preguntamos, pero ¿cómo llegan los medicamentos a nuestros ríos? y peor aún ¿cómo llegan los medicamentos a nuestros grifos? Pues bien, la principal vía de entrada de estos contaminantes al medio ambiente es por una inapropiada eliminación de los fármacos o envases por parte de los usuarios, usando generalmente la basura o el desagüe. También los medicamentos o metabolitos que no son metabolizados totalmente en el organismo son expulsados por heces u orina y de ahí llegan a nuestros desagües. Por tanto nos encontramos con unos "nuevos contaminantes" cuyo vertido es diario y continuo, eso sí, a concentraciones muy bajas. Las estaciones de depuración de agua residual (EDAR) no cuentan con las tecnologías especifícas para eliminar los medicamentos en su totalidad, debido principalmente al elevado poder refractario de estos compuestos, por lo que acaban considerándose contaminantes pseudopersistentes. Finalmente, muchos de ellos son vertidos al medio ambiente acuático a través de los ríos y arroyos.

En nuestro estudio, los puntos de muestreo se seleccionaron atendiendo a los siguientes criterios: ríos con mayor caudal, mayor longitud y alta densidad de población. De esta manera se seleccionaron los ríos: Tajo, Jarama, Manzanares, Henares y Guadarrama (Figura 1).


Mapa 1. Distribución de los puntos de muestreo

Los resultados principales de la investigación muestran la presencia de 55 medicamentos y 3 metabolitos de los principales grupos terapéuticos prescritos en la Comunidad de Madrid.

Las sustancias analizadas se encontraron en la mayoría de los casos en concentraciones muy bajas, del orden de ng/l, excepto para 13 medicamentos cuyas concentraciones superaron la media de 1µg/l, que fueron los analgésicos diclofenaco e ibuprofeno, el antiparasitario metronidazol, el antidepresivo paraxentina, el betabloqueante atenolol, el antilipodemiante bezafibrato y la cafeína. Destacamos especialmente las concentraciones del antiepiléptico carbamazepina que es el que se detectó en concentraciones más altas, en la depuradora de Tres Cantos que recibe aguas del Arroyo del Bodonal (río Jarama).

Por grupos terapéuticos, cardiovascular, analgésicos y broncodilatadores fueron los grupos terapéuticos que se encontraron en mayores cantidades, mientras que antibióticos y antiepilépticos se encontraron en menor cantidad (ver Tabla 1).


Tabla 1. Distribución de las concentraciones (ng/l) de los medicamentos
y/o metabolitos por grupos terapéutico

En relación al agua potable, ésta fue analizada en las principales zonas de abastecimiento de la Comunidad de Madrid (5 en total). Se encontraron únicamente 5 medicamentos y además a bajas concentraciones. Cafeína y cotinina fueron encontradas en el total de las muestras, siendo las concentraciones más altas encontradas de 75 y 34 ng/l respectivamente. Nicotina y el antiepiléptico carbamazepina fueron encontradas en el 60% de las muestras la concentración más alta de nicotina fue de 100 ng/l mientras que carbamazepina fue mucho más baja únicamente de 5 ng/l. El antidepresivo venlafaxina sólo fue encontrado en una muestra y en una concentración muy baja, 9 ng/l.

Los resultados principales de la investigación muestran la presencia de 55 medicamentos y 3 metabolitos de los principales grupos terapéuticos prescritos en la Comunidad de Madrid

A pesar de los resultados obtenidos, existe poca información en la literatura acerca de los efectos de estas concentraciones durante exposiciones largas de tiempo. Algunos estudios realizados señalan efectos en el crecimiento, fertilidad, sexualidad y comportamiento reproductivo de los organismos acuáticos expuestos a estos compuestos farmacológicamente activos. La mayoría de estos estudios se han realizado a partir de sustancias individuales y raramente con mezcla de dichas sustancias. Una línea emergente sería conocer el efecto sinérgico de estas sustancias, ya que así es como realmente se presentan en el medio ambiente, de forma combinada.

El siguiente paso en nuestra investigación es conocer el efecto toxicológico que tienen estas sustancias sobre organismos acuáticos, como el pez cebra. De esta manera podríamos determinar el efecto crónico de estas sustancias, que si bien están en el medio acuático y agua potable en cantidades muy pequeñas, muchas de ellas son difícilmente degradables y estamos expuestas a ellas durante muchos años.

Esta línea de investigación está siendo dirigida por la Dra. Yolanda Valcárcel y la Dra. Myriam Catalá que trabaja en el Departamento de Ecología, de la ESCET de la Universidad Rey Juan Carlos.

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