En los colibríes, este órgano puede llegar a latir hasta diez veces más rápido que en los humanos
El corazón del colibrí es uno de los órganos más notables del reino animal debido tanto a su extraordinaria velocidad como a su eficiencia. En momentos de actividad máxima puede llegar a latir hasta 1.300 veces por minuto. Esto le permite mantener su increíble capacidad de vuelo, soportando el aleteo constante que puede alcanzar los 80 aleteos por segundo en algunas especies.
El colibrí posee el metabolismo más rápido entre los animales de sangre caliente, lo que significa que consume energía a un ritmo sorprendente. Para sostener este nivel de actividad, consume su peso corporal en néctar diariamente. Su corazón, que constituye un 2,5% de su peso corporal, es fundamental para bombear suficiente oxígeno y nutrientes en su diminuto cuerpo a gran velocidad.
Comparativamente, el corazón humano late entre 60 y 100 veces por minuto en reposo, mientras que el de un ratón, otro animal con un metabolismo rápido, alcanza entre 500 y 700 latidos por minuto.