Nuestros territorios rurales juegan un papel fundamental para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero
La migración de personas desde áreas rurales a las ciudades es una mala noticia para la lucha contra el cambio climático. Este fenómeno, que viene produciéndose en nuestro país desde hace varias décadas, aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero que produce cada persona, como explican en este artículo de la Red2030.
En el artículo, que está basado en un informe reciente de Greenpeace, se explica que la fijación de la población rural es una estrategia clave para proteger la biodiversidad y mantener nuestros recursos hídricos. Según datos del informe, en el entorno rural se encuentran seis de cada diez humedales y lagos de España, y la población de estas localidades ayuda a mantener la biodiversidad veinte veces más que las poblaciones urbanas.