Científicos estadounidenses han conseguido por primera vez una fusión nuclear en la que se genera más energía de la que se utiliza para arrancar la reacción
Estados Unidos planea presentar hoy un punto de inflexión en la carrera por conseguir un hito para la Humanidad: controlar la fusión nuclear, el viejo sueño de una energía ilimitada, barata y sostenible. El Departamento de Energía tiene prevista la intervención de su secretaria, Jennifer Gronholm, para anunciar un «gran avance científico», en un encuentro con la prensa. Las autoridades no han dado detalles sobre el anuncio, pero 'Financial Times' reveló sus líneas básicas: un grupo de científicos estadounidenses del Centro Nacional de Ignición, dentro del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en California, han conseguido por primera vez una fusión nuclear en la que se genera más energía de la que se utiliza para arrancar la reacción.
Es una idea que la ciencia persigue desde la década de 1950 y que trata de replicar el proceso de fusión de átomos que está detrás de la energía que produce el Sol. En concreto, los átomos de hidrógeno se unen –al contrario que en el proceso de fisión que alimenta en la actualidad las centrales nucleares, donde los núcleos de los átomos se rompen–, liberando mucha más energía, sin apenas generar 'basura radiactiva' y sin utilizar combustibles fósiles, lo que en un contexto de cambio climático sería una herramienta ideal.
El logro se produce después de inversiones multimillonarias durante décadas por parte de gobiernos y de entidades privadas de todo el mundo, bajo la promesa de una fuente de energía que podría cambiar la forma en la que vivimos: no produce emisiones de dióxido de carbono, como los combustibles fósiles; puede ser mucho más abundante que las energías renovables; y no crea desperdicios radioactivos de la energía nuclear convencional. Es, para muchos, el 'Santo Grial de la energía', la forma de acabar, de un plumazo, con las limitaciones en el acceso a energía en muchas partes del mundo y con el impacto humano en el planeta.
Todo eso, sin embargo, está muy lejos de hacerse realidad. Las autoridades estadounidenses han rechazado dar cualquier tipo de detalles sobre el avance hasta su presentación oficial de hoy. Pero de lo que no hay duda es de que tendrán que pasar todavía décadas hasta conseguir sistemas de producción energía a través de la fusión nuclear que se puedan replicar y comercializar con facilidad.
Lejos del reactor comercial
«Es incuestionable que se, si se ha conseguido generar una ganancia neta positiva, es un hito científico histórico», señala a ABC Carlos Hidalgo, subdirector general del Laboratorio Nacional de Fusión del Ciemat. «Pero hay que tener en cuenta que para tener un reactor comercial hay que conseguir un avance científico y técnico; y, en este sentido, existen modelos que, aunque es cierto que no han conseguido aún este hito, están más enfocados a conseguir un reactor escalable».
Existen varios modelos para conseguir la ansiada energía de las estrellas. El utilizado por los científicos estadounidenses se basa en el confinamiento inercial: apuntando varios potentes láser a un punto microscópico consiguen elevar la temperatura y la presión de una minúscula cápsula de oro repleta de deuterio y tritio, generando billones de vatios de potencia de fusión, si bien durante un periodo muy corto. Sin embargo, de momento, tienen menos recorrido de cara a aplicarse en reactores comerciales.
En cambio, los tipo tokamak , como el reactor europeo JET, los prototipos asiáticos o el futuro ITER (siglas de Reactor Experimental Termonuclear Internacional), sí tienen, a priori, muchas más papeletas de convertirse en una solución viable para llevar la energía de fusión a una planta energética conectada, por ejemplo, a una red eléctrica que nos permita encender la luz de la cocina con la energía de las estrellas. Estos dispositivos son una especie de 'rosquilla' hueca en cuyo interior se inyecta una pequeña cantidad de este combustible formado por hidrógeno, deuterio y tritio, que se calienta a altas temperaturas y se convierte en un plasma ionizado que alcanza los 150 millones de grados Celsius, produciéndose la fusión. Sin embargo habrá que esperar al menos hasta 2028 para que comiencen sus primeros experimentos.
La energía de nuestros hijos
La energía producida ahora es de una escala muy pequeña, muy lejos de un uso comercial. «Es como la energía que se requiere para diez cazuelas de agua», explicó a CNN Jeremy Chittenden, codirector del Centro para los Estudios de Fusión con Inercia del Imperial College de Londres, otros de los centros que trabajan para que la fusión nuclear se haga realidad. «Para convertir eso en una central, hay que conseguir mucho más ganancia neta de energía».
«ITER tiene previsto conseguir diez veces más de energía en sus experimentos», señala Hidalgo. «Es un resultado sin duda alguna fascinante, y nos permitirá aprender mucho sobre este tipo de reacciones; pero actualmente no hay un concepto claro para conseguir con este método un reactor. Aún así, el ser humano está demostrando que puede controlar estados de la materia extremos y no dudo de que será una fuente de energía que seguro disfrutarán nuestros hijos».
El avance será muy celebrado por el Gobierno de Joe Biden, que ha hecho de la sostenibilidad energética y de la economía con 'cero emisiones' una parte central de su agenda. La fusión nuclear ha recibido miles de millones de dólares en financiación federal, también en la Ley de Reducción de la Inflación aprobada este verano, y el logro podría reivindicar la inversión. Sobre todo, por su potencial futuro: según un análisis de Bloomberg, el mercado de la fusión nuclear puede llegar a los 40.000 millones de dólares si esta fuente de energía se hace realidad.
Fotografía de portada: Reactor del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore// Damien Jemison/ Lawrence Livemore National Laboratory.