Fecha
Autor
Pedro Aceituno Aceituno (Profesor de Introducción a la Economía de la Empresa Universidad a Distancia de Madrid - UDIMA)

El momento de los investigadores

La difícil coyuntura en la que está inmersa la economía española requiere de la implantación de una serie de medidas que ayuden a superarla. Entre estas actuaciones se encuentran las que se deben llevar a cabo para el mantenimiento y la atracción de un conocimiento que ayude a que en España mejore la productividad, la competitividad, la creación de empleo y la diversificación de la actividad económica. Por todo ello, parece interesante ofrecer los datos más importantes de un estudio que trata de comparar el grado de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (ES, de aquí en adelante), como colectivo científico más susceptible de marcharse al exterior, con el grado de confianza que los científicos españoles en el extranjero (EX, de aquí en adelante) mantienen en relación a los sistemas de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I, de aquí en adelante) donde realizan su labor, de cara fundamentalmente a que, tras la observación de los aspectos y las dimensiones de los mismos en los que puedan surgir las principales diferencias, los agentes del sistema de I+D+I puedan aportar soluciones para que el sistema nacional de I+D+I se convierta en un conjunto coordinado que resulte atractivo para cualquier científico que se decida a trabajar dentro del mismo.
Este ha sido el principal objetivo del tercer informe INNOVACEF, que nuevamente ha realizado el Centro de Estudios Financieros (CEF, de aquí en adelante) en colaboración con la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios (FJI/P, de aquí en adelante). Además, este estudio de periodicidad anual ha contado por primera vez con la cooperación del Sistema Español de Comunicación para Investigadores en el Exterior (RedIEX, de aquí en adelante), órgano coordinado por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT, de aquí en adelante), y dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN, de aquí en adelante), que ha divulgado la encuesta para su contestación entre los EX, que están censados en el citado sistema RedIEX.

Para comparar los grados de confianza de estos dos colectivos, se ha calculado para cada uno de ellos un índice a partir de un cuestionario[1] idéntico compuesto por cinco indicadores de igual ponderación. El primero de estos indicadores, denominado de "Nuevos Desarrollos", está relacionado con el nuevo conocimiento obtenido por los investigadores y trata de medir las expectativas favorables de los científicos en cuanto a que de este nuevo conocimiento obtenido se puedan originar publicaciones, patentes o dar lugar a la creación de nuevos o mejorados productos o procesos. Los tres siguientes hacen referencia a los apoyos que reciben los investigadores en el aspecto personal, comercial y de financiación, y son los siguientes: "Organización de Personal", que informa de las posibilidades existentes de que las organizaciones en las que desarrollan su labor los científicos estén ofreciendo o vayan a proporcionar formación, nuevas contrataciones de personal de I+D+I y una carrera investigadora que satisfaga en el futuro a los investigadores, "Mercados y Cooperación", el cual capta las perspectivas en relación con las acciones comerciales que van a poner en práctica los departamentos responsables de las instituciones investigadoras, su capacidad para establecer cooperaciones de sus científicos con otros socios y las de comprar material específicamente científico para sus investigadores, y "Financiación", que permite conocer cuál es el grado de confianza existente en relación con el suministro de recursos financieros públicos, privados y la adecuación de estos fondos a los objetivos conseguidos y a alcanzar por los científicos.

investigadores

Por último, el indicador de "Resultados", trata de averiguar en qué medida se pueden conseguir ganancias reales de las publicaciones, patentes o nuevos o mejorados productos o procesos dentro del ámbito económico, social o medioambiental y en qué período de tiempo.

Con la suma de las puntuaciones de estos indicadores se ha obtenido un valor del índice de 42,85 por 100 para los ES y de 60,76 por 100 en el caso de los EX, lo que supone una alta confianza para estos últimos y una escasa para los primeros. Dentro del índice de los ES, ningún indicador supera unas expectativas medias, y son nuevamente los que están relacionados con la gestión de la I+D+I (Mercados y Cooperación, y Organización de Personal), los que se encuentran muy por debajo del resto (Resultados, Financiación y Nuevos Desarrollos).


Por el contrario, en el caso de los EX, todos los indicadores guardan un gran equilibrio alrededor de unas altas expectativas que son comunes a todos ellos. Además, es de resaltar en este índice que el indicador de Organización de Personal alcanza la segunda posición, lo que da muestras de la elevada importancia que se concede a este aspecto en los sistemas de I+D+I del exterior.

En cuanto a las diferencias que se observan en estos índices, a continuación se exponen las más destacables:
  • El 94,04 por 100 de los EX ve factible publicar sus conocimientos este año, frente a la nada despreciable cifra de más del 83 por 100 de los ES.
  • Algo menos del 39 por 100 de los EX expresa unas expectativas positivas de patentar, en comparación con un escaso 23,97 por 100 de los ES.
  • El 57,80 por 100 de los EX considera que se obtendrán nuevos o mejorados productos o procesos a partir de los nuevos conocimientos que se obtengan de sus proyectos, frente al 41,47 por 100 de los ES, que tiene similares expectativas en este sentido.
  • El 64,68 por 100 de los EX está recibiendo o va a recibir próximamente formación adecuada para profundizar en su trabajo, por únicamente el 17,05 por 100 de los ES.
  • El plan de carrera que le ofrece su organización satisface a un 75,24 por 100 de los EX, en contraposición al reducido 32,26 por 100 de los ES, que tiene esta misma percepción.
  • El 56,42 por 100 de los EX observa buenas perspectivas en la contratación de nuevo personal de I+D+I, frente a casi el 43 por 100 de los ES.
  • El 82,57 por 100 de los EX piensa que hay expectativas favorables de que haya un incremento en la inversión específicamente científica, por un 48 por 100 de los ES que están convencidos de este aumento.
  • Un poco más del 35 por 100 de los EX cree que existen posibilidades razonables de que se realice una acción comercial sistemática por parte del departamento de su organización encargado de transferir los resultados de I+D+I, frente a menos del 11 por 100 de los ES.
  • El 74,31 por 100 de los EX está actualmente cooperando o lo hará próximamente en proyectos tanto multidisciplinares como unidisciplinares, por un 51,16 por 100 de los ES.
  • El 40,37 por 100 de los EX muestra perspectivas favorables de cara a que su organización solicite recursos económicos a alguna institución privada para financiar sus proyectos, en comparación únicamente con algo más del 20 por 100 de los ES, que cree que su organización puede solicitar este tipo de fondos.
  • El 85,32 por 100 de los EX está de acuerdo con lo adecuado de los recursos económicos que recibe, aunque siempre sería conveniente que se percibiera una mayor cantidad en función de los objetivos alcanzados y de los que se pueden conseguir en un futuro, frente a prácticamente el 59 por 100 de los ES, que son de esta misma opinión.

Se trata de comparar el grado de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España con el grado de confianza que los científicos españoles en el extranjero mantienen en relación a los sistemas I+D+I

Como se puede observar, se producen diferencias en todos los aspectos, aunque las más importantes guardan relación con las políticas de personal, especialmente en la formación y en la carrera investigadora que se les ofrece desde las organizaciones en las que trabajan, pero no es menos cierto que dentro de estas cifras también se destaca que existe un alto porcentaje de ES que piensa publicar los nuevos conocimientos que ha obtenido, lo que da esperanzas de que cuando se mejoren las condiciones para una adecuada transferencia de este conocimiento el sistema español de I+D+I pueda ofrecer unos mejores resultados.

Es por este camino de mejorar la transferencia de conocimiento por donde España puede avanzar pues, como se refleja en las cifras observadas anteriormente, también en el exterior tienen sus problemas en relación con las patentes, la acción comercial y la financiación privada (obsérvese que en ninguna de ellas se superan unas expectativas medias cifradas en el 50 por 100).

En relación con estos datos, también son reseñables algunos que guardan relación con los resultados que están obteniendo los EX para los países que apuestan por su reconocida valía.

Entre ellos se pueden destacar los siguientes:

  • Prácticamente el 57 por 100 de los EX afirma que sus resultados ya se han convertido en ganancias de competitividad para las organizaciones en que trabaja, por solamente un 34,10 por 100 de los ES que ya ha conseguido este tipo de ventajas competitivas.
  • De estas ganancias competitivas, el 20,64 por 100 de los EX ya las ha transformado en beneficios económicos para su organización, en comparación con un escaso 7,37 por 100 de los ES.

Escaleras de la biblioteca de la UBU. Verne.rdm

Estas cifras dan muestra del enorme potencial científico del que se están aprovechando otros países que recogen los frutos de lo que España ha invertido en la formación de sus investigadores, lo que unido a lo observado en las datos anteriores, permite concluir que en el extranjero apoyan más a los científicos españoles, y están obteniendo y van a obtener mejores resultados de ellos, todo lo cual conducirá a que continue la tradicional fuga de cerebros españoles al exterior.

Los efectos de la crisis están siendo y serán altamente perniciosos para la economía española. Si algo positivo se puede extraer de ella, será precisamente el cambio de modelo de crecimiento económico al que, sin duda, ayudaría el retorno masivo de los EX y la llegada también masiva de los investigadores a las empresas nacionales, aspectos que podrían suponer auténticas reformas estructurales para remediar la difícil situación actual. Ahora que todos o la gran mayoría de los indicadores del modelo económico existente se están desmoronando, todavía permanece un hilo de esperanza para salir lo antes posible de esta crisis si, entre otras medidas, todos los agentes económicos y sociales se ponen de acuerdo en que este es el momento de los investigadores y de renovar el tejido productivo español con la aplicación de su conocimiento científico.


Será sacrificado, pero merece la pena intentarlo como también la ha merecido la colaboración en este estudio con los jóvenes investigadores que trabajan en España y con los científicos españoles que realizan su labor en el extranjero. Por ellos, y para que se puedan convertir en realidad los múltiples beneficios no sólo económicos sino también sociales, que de un desarrollo adecuado de su labor se puede esperar, seguiremos trabajando desde la UDIMA, la nueva universidad que recoge el testigo en esta actividad de su principal promotor, el Centro de Estudios Financieros -CEF-.




[1] La encuesta a partir de la cual se han obtenido los dos índices de confianza, ha sido cumplimentada por 435 científicos, de los que 217 son ES (sobre una población aproximada de 48.000 personas que pertenecen a este colectivo) y 218 EX (para una población en este caso, que oscila entre las 3.000 y los 10.000 personas).

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