Un informe establece que el consumo de alcohol, ya sea leve, moderado o intenso, está relacionado con un mayor riesgo de distintos tipos de cánceres, como el de mama, colon, esófago y cabeza y cuello.
Ni una gota de alcohol. Y tampoco lo que se llama consumo moderado. La Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), en un artículo que ha revisado diferentes estudios que relacionan el consumo de alcohol y cáncer publicado en Journal of Clinical Oncology es tajante: el consumo de alcohol, ya sea leve, moderado o intenso, está relacionado con un mayor riesgo de distintos tipos de cánceres, como el de mama, colon, esófago y cabeza y cuello.
En su artículo ASCO subraya que el alcohol es un factor de riesgo definitivo para el cáncer, y cita que entre el 5-6% de los nuevos cánceres y las muertes por cáncer en todo el mundo son directamente atribuibles al alcohol. Un dato, aseguran, particularmente preocupante, ya que muchas personas no reconocen el consumo de alcohol como un factor de riesgo para el cáncer.
La sospechas de la relación entre alcohol y cáncer no es nueva. En 1988, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) declaró que el alcohol es un agente carcinógeno. El Informe Mundial sobre el Cáncer, publicado en 2014 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmaba que el alcohol causa el 3,5% de cánceres, lo cual supone 1 de cada 30 cánceres en todo el mundo e informes recientes indican además que la proporción de cánceres atribuibles al alcohol ha aumentado en los últimos años, debido a un incremento tanto en la prevalencia de personas que toman bebidas alcohólicas, como en la cantidad de alcohol consumido, sobre todo entre las mujeres, señala a ABC Josep Guardia, del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona.
En este sentido, Martín Lázaro, oncólogo médico del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, señala que debdio a que se ha demostrado está relación, "la recomendación debe ser no beber". No hay olvidar que estamos hablando de un factor 'evitable', como puede ser el tabaco, y por ello hay que insistir en "adoptar medidas para, al menos, reducir la ingesta entre la población".
"Habitualmente no asociamos beber cerveza, vino y licores con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer", comenta el presidente de ASCO, Bruce Johnson. Sin embargo, "el vínculo entre el aumento del consumo de alcohol y el cáncer está ya establecido firmemente". Ahora, los datos de este informe van más allá, apostilla Guardia: "una sola consumición pequeña (un quinto de cerveza o una copita de vino, equivalentes a 10 gramos de alcohol puro), tomados cada día, aumentan el riesgo de cáncer de mama en un 6%. Y, cada 10 gramos más de alcohol al día, aumenta un 4,2% el riesgo de cáncer de mama en las mujeres. El efecto es por tanto acumulativo y se produce una relación dosis-respuesta. Es decir, a mayor cantidad de alcohol consumido mayor riesgo de cáncer, 20 o más años después del inicio de consumo de alcohol". Se calcula que para revertir el riesgo y equipararlo al de un abstemio, un bebedor debería interrumpir el consumo de alcohol durante 20 años.
Los cánceres vinculados al consumo de alcohol son el colorrectal, el de pecho, esófago, cavidad oral y faringe. Pero además, el consumo excesivo de alcohol no solo causa cáncer, sino que también puede retrasar o afectar negativamente el tratamiento del cáncer. Señala el oncólogo español que en estos casos desde luego que está "totalmente desaconsejado". Y otro dato que apunta Lázaro: el alcohol potencia en personas que fuman algunos cánceres, como el de laringe y el de cavidad oral.
Según Noelle K. LoConte, autora principal del documento y profesora de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.) limitar la ingesta de alcohol es un "medio para prevenir el cáncer. La buena noticia es que, al igual que las personas usan protector solar para limitar el riesgo de cáncer de piel, limitar el consumo de alcohol es una cosa más que las personas pueden hacer para reducir su riesgo general de desarrollar cáncer".
El documento publicado no solo constata la relación entre alcohol y cáncer, sino que también aporta algunas posibles algunas recomendaciones de salud pública basadas en la evidencia como realizar exámenes de detección de alcohol e intervenciones breves en entornos clínicos, aumentar los impuestos y precios del alcohol, mantener límites en días y horas de venta, mejorar la aplicación de las leyes que prohíben las ventas a menores, restringir la exposición de los jóvenes a la publicidad de bebidas alcohólicas o incluir estrategias de control del alcohol en los planes integrales de control del cáncer.
Guardia, que también es Vicepresidente de Socidrogalcohol, considera que si el objetivo es reducir la incidencia de cánceres relacionados con el alcohol, "tendrían que ampliarse las estrategias que han demostrado ser eficaces, centradas en la reducción del consumo de alcohol en la población general y aumentar el número de personas que, habiendo desarrollado una adicción al alcohol, se incorporen a un tratamiento especializado de la adicción a las bebidas alcohólica".
Lázaro, como miembro de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) , concluye que los Planes Nacionales del Cáncer deben incluir el alcohol como un factor que favorece el cáncer. Adelanta que próximanente la SEOM estudiará este nuevo informe para hacer unas recomendaciones en nuestro país.