UNA OBRA MUY AMENA SOBRE LA MECÁNICA CUÁNTICA ESCRITA CON GRAN MIMO EN LA EXPLICACIÓN DE LOS CONCEPTOS Y CON GRAN SENTIDO DEL HUMOR<br>
Reseña realizada por Marta I. Hernández<br>
Instituto de Física Fundamental (CSIC)
Como el armario que nos transporta al fantástico mundo de Narnia, la carátula de Mecánica Cuántica es un portal. De hecho, y al igual que en la primera entrega de la saga de C. S. Lewis, desde el umbral vemos un bosque nevado y una misteriosa farola encendida... Sin embargo, tras el pórtico no nos espera un fauno, sino un gato. Además, si observamos con detenimiento, el gato acaba de atravesar la farola, ya que en su desplazamiento sus patas han dejado huellas a ambos lados del obstáculo. Ciertamente, las leyes del mundo cuántico han de ser bien distintas a las de nuestra vida cotidiana... Así nos invita Salvador Miret -investigador del CSIC en el Instituto de Física Fundamental- a conocer esta nueva obra de la colección de divulgación ¿Qué sabemos de?, editada por el CSIC y Catarata.
Escribir un buen libro de divulgación sobre la mecánica cuántica es un gran reto, en primer lugar, por la extensión de la materia. Parece una tarea imposible resumir en 125 páginas más un siglo en la historia de una teoría clave en la física actual. Pero la razón principal estriba en que los entes microscópicos como los átomos, electrones, etc. -y que son el objeto de esta disciplina- se comportan de manera muy extraña, tan extraña es difícil hacerse una 'imagen mental' de sus movimientos, y por tanto, nos cuesta poner nombre a esos movimientos. En este sentido, el mayor escollo de la mecánica cuántica no radica en sus matemáticas (por muy costosos que sean los cálculos en la práctica), sino en la interpretación de sus ecuaciones, sobre la que nunca se ha llegado a un consenso completo. Nuestro autor también menciona en su 'Carta abierta al lector' que ya existen muchos libros de este tipo y, por tanto, es complicado justificar la escritura de uno nuevo. Sin embargo, Salvador Miret ha conseguido plasmar una original Narnia Cuántica al aportar toda su experiencia investigadora y su propia personalidad a esta empresa.
Así, el autor nos propone un rápido viaje por el mundo cuántico, siguiendo aproximadamente su desarrollo histórico y deteniéndose únicamente en los conceptos básicos y en los grandes debates sobre su interpretación. Para empezar, nuestro especial guía turístico nos ayuda a preparar bien el equipaje (Capítulo 1) recordándonos los conceptos de partícula y de onda. Claramente, los objetos de nuestra realidad común son o bien partículas (una piedra, un corcho) o bien ondas (las olas del mar, el sonido). Lo que hicieron los creadores de la nueva mecánica fue proponer que los objetos microscópicos son ondas y partículas a la vez. En el Capítulo 2 conoceremos los fundamentos de esta doctrina, con la que se han conseguido acuerdos extremadamente precisos con diferentes experimentos y, a su vez, ha sido la base de las nuevas tecnologías de los últimos cincuenta años. No obstante, la paradoja está servida: quien alegue entender bien la dualidad onda-corpúsculo que tire la primera piedra (¡o la primera onda!).
Lo más sorprendente del viaje ocurre cuando los de 'este mundo' interactuamos con esos pequeños habitantes cuánticos, es decir, cuando con nuestros aparatos medimos sus propiedades (Capítulo 3). Según nos explica el autor, el gato cuántico está medio vivo y medio muerto a la vez, pero simplemente acariciarlo (medirlo) supone estrangularlo... o resucitarlo. Esta y otras paradojas ilustrarán el problema de la medida en mecánica cuántica. Lo más interesante y esperanzador es que se están llevando a cabo experimentos que incluyen 'medidas débiles', donde, siguiendo con la metáfora del gato, estamos aprendiendo a acariciarlo, sin que nuestra intervención destruya su estado de superposición de vida y muerte. Estos recientes avances hacen que la pregunta "¿Es real la función de onda cuántica?" adquiera una renovada validez (Capítulo 4). Al final de este viaje, que parece de fantasía, Salvador cita muy oportunamente a Michael Ende, el autor de La Historia Interminable: "Para encontrar la realidad hay que [...] darle la espalda y pasar por lo fantástico".
Mecánica Cuántica está escrita de forma tremendamente amena, con gran mimo en la explicación de los conceptos y, por cierto, con gran sentido del humor. Aunque la obra se lee con gran facilidad, el lector no debería pretender 'entenderlo todo' ni abrumarse con la terminología: se trata de un primer viaje del que seguro quedará un poso de conocimiento, que luego se podrá ampliar con algunas de las recomendaciones de la bibliografía. El libro está pensado para cualquier persona interesada con nivel de, digamos, bachillerato, pero también se recomienda a los más profesionales para refrescar la memoria y, cómo no, sentir de nuevo la perplejidad. Si se me permite, quizás la condición óptima para emprender este viaje sea poseer una dualidad adulto-niño: mantener la capacidad crítica sin perder la capacidad de sorpresa.