A veces las mejores aplicaciones surgen de investigaciones que solo buscan ampliar nuestro conocimiento
El investigador Francisco E. Rodríguez Valer celebra el 30º aniversario del descubrimiento de las primeras secuencias CRISPR que permitieron una revolución en la biología molecular. Lo hace con un artículo en Agencia SINC donde recuerda dos situaciones en las que ha vivido en primera persona el poder de la ciencia básica.
Rodríguez Valer también aprovecha para advertir de algunos problemas del sistema científico español, como su dificultad para captar talento internacional. Y recuerda: “A menudo se olvida que la principal riqueza de un país es el talento de sus investigadores”.