Las instituciones deben velar por la integridad científica pero manteniendo la presunción de inocencia
En 2019 un investigador del prestigioso Massachusetts Intitute of Technology (MIT) llamado Ram Sasisekharan fue acusado de haber publicado resultados irreproducibles y posiblemente fraudulentos en dos artículos.
Frente a las acusaciones, el MIT decidió lanzar una investigación interna que debería haber durado pocos meses pero que se alargó cuatro años. Durante ese tiempo la reputación de Sasisekharan y su laboratorio se fue a pique. Finalmente se cerró la investigación, concluyendo que no había ninguna prueba de que se hubiera cometido alguna irregularidad.
La historia de Sasisekharan la cuentan en este artículo de la revista Nature, que plantea la necesidad de luchar contra el fraude científico de manera contundente, sí, pero también de una manera que asegure que la presunción de inocencia del acusado es respetada.