LA JAE, UNA REFLEXIÓN HISTÓRICA<br>
Reseña realizada por Rosa San Segundo <br>
Universidad Carlos III de Madrid
Esta obra es una reflexión histórica sobre la Junta de Ampliación de Estudios, JAE, a partir de la historia de sus centros y el desarrollo de su labor. No sólo se trata de revisar la historia de sus centros, si no los precedentes que dieron lugar a la formación de la JAE, como fue la constitución en 1876, con un nuevo modelo educativo progresista y europeo, junto con la creación de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) fundada por Francisco Giner de los Ríos.
La Institución Libre de Enseñanza (ILE) surge como reacción al modelo educativo y al tipo de sociedad conservadora de finales del siglo XIX. La ILE no empleaba libros de texto controlados por el estado y por extensión por la Iglesia. Este modelo educativo chocaba con el tipo de educación de la época basada en la memorización, planteándose un modelo de preeminencia de la razón, y de la razón frente a la fuerza. Este proceso fue rápido y se materializó en la subsiguiente revolución cultural a la que dio lugar. Es una parte de nuestra historia en la que se formó la generación del 27, y que mas tarde conformó la intelectualidad de la II República, y se constituyeron unas elites de la cultura, la ciencia y el pensamiento, que colocarían a España en la vanguardia cultural europea.
Los prolegómenos de la JAE se sitúan con el inicial proyecto de pensiones en 1907, proyecto que no cesó de crecer por el éxito de sus sistemas de intercambio para formar al personal docente e investigador. El proyecto fue tomando tales dimensiones que hicieron necesario darle forma física a la JAE en la que e participaron nuestros nobeles de la ciencia (Ramón y Cajal y Severo Ochoa, aunque este al recibir el premio ya era americano). Entre otros factores, la creación de la JAE contribuyó al crecimiento cultural, que fue abrupto y exponencial, introduciendo a España en un referente en la vanguardia cultural europea.
En el año 2007 fue el centenario de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), y de su presidencia con Santiago Ramón y Cajal, que optó por impulsar este proyecto, en vez de acceder a la cartera del Ministerio de Instrucción Pública. Y en el año 2010 se celebra otra de las efemérides claves de la JAE: la constitución de los primeros centros físicos de la JAE; como el Centro de Estudios Históricos (CEH) y el Instituto Nacional de Ciencias Físico Naturales (INCFN). Esta efeméride es de suma importancia ya que sin la JAE hoy no existiría el actual CSIC. Estos centros fueron la piedra angular sobre la que se cementó la denominada Edad de plata de la cultura española, destaca también la capacidad de la JAE de atraer capital intelectual y colaboraciones extranjeras, a una España que tenía lejos, pero ya incipiente, su apogeo cultural. Este apogeo se va a articular con mentes formadas y lúcidas en todos los ámbitos de la ciencia, el pensamiento y las artes del siglo XX, en torno a poco más de treinta años de historia.
Esta obra materializa la actividad de la Asociación Nacional de Estudiantes e Investigadores Siglo XXI, que ha tratado de ser un nexo en este grupo. Su presidente y coordinador de la obra Ernesto Caballero Garrido, también nieto del magisterio de nuestra Edad de Plata, ha pretendido, conjuntamente, rendir un sentido homenaje a científicos, pensadores, pedagogos, artistas y a toda una vanguardia social y cultural que revolucionó el concepto de cultura con su formación de élite, pero también con sus actividades contra el analfabetismo desde las Misiones pedagógicas, e incluso se sentaron las bases de la divulgación moderna, con actividades y publicaciones dirigidas a toda la sociedad.
La obra reúne a algunos de los más grandes expertos españoles sobre la Junta de Ampliación de Estudios, JAE, y también la perspectiva de los herederos directos de la propia Junta a modo de historia viva de la misma. Herederos directos, semillas biológicas e intelectuales de aquella Junta, que convivieron o descendieron de ellos, como Julián de Zulueta, hijo de Luis de Zulueta, ex ministro republicano; Fernando Galán Estella, hijo de Fernando Galán Gutiérrez, catedrático de Biología y discípulo de Antonio de Zulueta, ambos investigadores y genetistas introductores de la investigación genética en España; Cristina Calandre, nieta de Luis Calandre, médico cardiólogo e histólogo y último delegado de la Junta de Ampliación de Estudios, JAE en Madrid hasta 1939. Colaboran investigadores y expertos como Alfonso Navas director del Museo Nacional de Ciencias Naturales; José Manuel Sánchez Ron, académico de la lengua y catedrático de Historia de la ciencia; Juan Fernández Santarén biólogo y biógrafo de Santiago Ramón y Cajal, presidente de la JAE hasta su fallecimiento; y también premios de investigación que han escrito sobre nuestros científicos. Todos con un claro espíritu de difusión de una de las épocas culturales más espléndidas que ha vivido nuestro país.
El libro aporta reflexiones en las que se desvela un alto grado de conocimiento y compromiso ante la conformación de nuestra Edad de plata de la cultura española, así mismo se entrevé una dignidad de vida y de mirada, una mirada de reconocimiento, analítica y de reconocimiento certero ante una realidad que es imprescindible rememorar Es un libro evocador, imprescindible, oportuno, profundo, histórico, analítico, crítico. Por todo ello, desde aquí, el agradecimiento por su escritura, por no permitirnos olvidar unos de los episodios culturales mas hermosos de nuestra historia. También, el agradecimiento por su escritura, por reflexionar sobre nuestra enterrada historia, por el reconocimiento intelectual, por el enaltecimiento cultural y sin duda, desde el entusiasmo y desde este agradecimiento, recomendar su lectura.