LA GUERRA DE LOS MUNDOS
Una cita del astrónomo barroco Kepler, que confirma lo expuesto, abre "La guerra": "¿Pero quién habitará en esos mundos si están habitados?... ¿Somos nosotros o ellos los Señores del mundo?... ¿Y cómo, entonces, están todas las cosas hechas para el hombre?" Pregunta nada baladí. La ciencia había ido llevando a cabo una gradual desjerarquización del hombre en el universo: Galileo había demostrado que el planeta era uno más, entre muchos otros; Darwin sustraería al hombre su linaje divino al reconocerlo heredero de especies inferiores; vendría después Freud a demostrarnos que no éramos dueños de nuestro yo: nos gobernaba el inconsciente. La pregunta de Wells, en la estela de la de Kepler, consistía en saber si además de no ser el centro del universo estábamos "acompañados" y compartíamos con otros nuestro ya discutible rango. Para responder a la cuestión escribía Wells su novela, donde los marcianos invaden la tierra y se traba una cruel guerra, que se resuelve finalmente con el triunfo de los hombres. Como concluía el narrador: "Es posible que en un más amplio proyecto del universo esta invasión desde Marte no carezca de un postrer beneficio para los hombres; nos ha despojado de aquella serena confianza en el futuro que es la más fértil fuente de decadencia, los dones que ha aportado a la ciencia humana han sido enormes, y ha hecho mucho para proveer el concepto del bien común de la humanidad." Reseña realizada por Miguel García-Posada