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Autor
Mar Asunción (Responsable Programa de Cambio Climático de WWF/Adena)

El gran reto de nuestra época. Combatir el cambio climático es necesario, urgente y posible

El cambio climático está aquí y avanza a una velocidad e intensidad más alta de la prevista. Por ello es urgente reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, al tiempo que hay que prever medidas de adaptación para los impactos que en mayor o menor grado, se van a producir.
Combatir el cambio climático es responsabilidad compartida pero diferenciada. Los países industrializados con su modelo de desarrollo basado en un elevado consumo de energía fundamentalmente procedente de combustibles fósiles, son los que mas hemos contribuido históricamente a elevar las concentraciones de CO2 en la atmósfera, y además somos los que disponemos de los recursos financieros y las tecnologías para hacer la transición hacia un modelo energético sostenible basado en el ahorro y la eficiencia energética así como en las energías renovables. Los países en desarrollo, especialmente los de rápido crecimiento como son China, India y Brasil, están aumentando su consumo total de energía aceleradamente, aunque su consumo energético y sus emisiones per cápita son todavía muy inferiores a las de países industrializados.

Combatir el cambio climático es el gran reto que nos toca vivir a las presentes generaciones. No es tarea fácil pero es necesario, urgente y posible abordarlo de manera constructiva

Estos países tienen derecho a la energía, así como los 2.000 millones de personas que todavía no tienen acceso a la electricidad, y corresponde a los países industrializados facilitarles tecnologías limpias para conseguirla. Por supuesto que también los países en desarrollo tendrán que contribuir en la medida de sus posibilidades a hacer un uso eficiente de la energía y a prácticas sostenibles que limiten el crecimiento de sus emisiones, como son evitar la deforestación. De esta forma todos nos beneficiaremos al limitar las emisiones totales de CO2 mundiales.

Combatir el cambio climático es el gran reto que nos toca vivir a las presentes generaciones. No es tarea fácil pero es necesario, urgente y posible abordarlo de manera constructiva.

LA NECESIDAD DE COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Hace 20 años que científicos y ecologistas empezamos a alertar sobre el calentamiento global y la posible relación con las emisiones de CO2 procedente de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas. Nos tacharon de alarmistas.

Melting Himalaya glaciers. Zorro

Desgraciadamente la realidad nos ha dado la razón, e incluso ha superado las previsiones, siendo los datos constatados en el cuarto informe de evaluación del IPCC de mayor magnitud que las proyecciones establecidas en el tercer informe editado 6 años antes.

La media de temperatura en el hemisferio norte durante la segunda mitad del siglo XX fue mayor que la media de cualquier periodo de 50 años en los últimos 500 años, y probablemente que en los últimos 1.300 años. Desde 1993 el nivel del mar ha subido una media de 3,1 mm/año por la expansión termal y el deshielo de los glaciares y los casquetes polares.


Estas observaciones tienen una correlación directa con las emisiones por actividades humanas, que se han incrementado un 70% entre 1970 y 2004. Las concentraciones de CO2 en 2005 (397ppm) excedían grandemente las existentes en los últimos 650.000 años, debido fundamentalmente a los combustibles fósiles, y en menor medida al uso de la tierra[1].

De continuar con el ritmo actual de emisiones, el calentamiento en este siglo será mayor que el observado en el S.XX, lo que conllevará mayor riesgo de sequías, olas de calor e inundaciones

De continuar con el ritmo actual de emisiones, el calentamiento en este siglo será mayor que el observado en el S.XX, lo que conllevará mayor riesgo de sequías, olas de calor e inundaciones. Las precipitaciones y disponibilidad de agua se incrementarán en latitudes altas y disminuirán en las latitudes medias, como el Mediterráneo y en los trópicos. La subida del nivel del mar debida a la expansión térmica se prevé que sea mucho mayor que la observada en el pasado siglo. Es probable que del 20 al 30% de las especies incrementen su riesgo de extinción si la temperatura aumenta entre 1,5 a 2,5ºC (comparada con la media entre 1980 y 1999), y si aumentase mas de 3,5ºC se prevén extinciones del 40 al 70% en todo el mundo

TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO PERO ES URGENTE ACTUAR

El cambio climático ya está aquí, pero la intensidad de este cambio y los impactos que produzca dependerá de las actuaciones que emprendamos para controlar y disminuir las emisiones de efecto invernadero. Los científicos nos avisan que es muy importante que no se supere en este siglo el umbral de aumento de temperatura global de 2ºC respecto a los niveles preindustriales. Para ello la concentración de CO2 eq. deberá permanecer bien por debajo de 450 ppm. Esto supone que los países desarrollados tendrán que reducir sus emisiones entre el 25-40% en 2020 y el 80% para 2050 respecto a 1990. Además, existe una inercia en la permanencia de las emisiones en la atmósfera, lo cual implica que para asegurar no traspasar el peligroso umbral de los 2ºC las emisiones mundiales se deberán estabilizar y comenzar a disminuir como máximo en los próximos 15 años.

El tiempo juega en nuestra contra, ya que cuanto mas tardemos en abordar medidas decididas mayores serán los impactos ecológicos, sociales y económicos. Los costes para la sociedad del cambio climático son mucho mayores que los costes de tomar medidas para frenarlo. El retraso en la toma de medidas para la reducción de emisiones incrementa el riesgo de mayores impactos severos, y aumenta los costes. No hablamos solo de costes económicos, ya que hay muchos parámetros difíciles de cuantificar que tienen que ver con la calidad de la vida y a veces hasta con la supervivencia de los colectivos más vulnerables que son los que tienen más dificultades para adaptarse a los impactos del cambio climático.

Es urgente abordar una transición de un modelo basado en energías fósiles y contaminantes hacia otro que tenga como pilares el ahorro, la eficiencia y las energías renovables

Además, muchas decisiones sobre inversiones que se están tomando en la actualidad, especialmente aquellas relativas al modelo energético, van a tener un impacto en los próximos 30 años. Es urgente abordar una transición de un modelo basado en energías fósiles y contaminantes hacia otro que tenga como pilares el ahorro, la eficiencia y las energías renovables.

El informe elaborado por el prestigioso economista Stern para el gobierno Británico pone de manifiesto que el coste de la inacción podría suponer una disminución del orden de 5-20 % del PIB global anual, mientras que actuando podríamos limitar este coste al 1% año. También el Cuarto Informe de Evaluación del IPCC estima que el coste económico de las medidas de reducción de emisiones encaminada a estabilizar las emisiones correspondería con un descenso del crecimiento anual del PIB de menos de 0,12 puntos porcentuales para el 2050

EL CAMBIO ES POSIBLE

Combatir el cambio climático requiere el cambio hacia un modelo de desarrollo sostenible basado en la eficiencia y en la equidad, así como en la apuesta decidida por las energías renovables. No es sencillo, se requiere un cambio tecnológico y sociológico, pero la inercia de continuar haciendo lo mismo es una pauta insostenible.

El cambio climático es un desafío pero puede ser una oportunidad para abordar un verdadero desarrollo sostenible. Las medidas de ahorro y eficiencia, así como las energías renovables favorecen un desarrollo autóctono y disminuyen la dependencia exterior.

Contaminación 1. Eduardyanquen


Tal como afirma el IPCC, la estabilización de emisiones puede conseguirse con el despliegue de las tecnologías actualmente en curso o esperables que se comercialicen in próximas décadas, si se producen los incentivos adecuados para su desarrollo, adquisición y difusión, y se eliminan las barreras.

Existe una amplia variedad de políticas e instrumentos disponibles para crear incentivos que reduzcan emisiones, pero se necesita voluntad política real para abordar cambios profundos encaminados a crear un modelo energético sostenible, ya que del 60 al 80% de las reducciones vendrán de la producción y el uso de la energía y de los procesos industriales, donde la eficiencia energética juega un papel esencial.

La sensibilización y la educación juegan un papel esencial para replantear la percepción de que consumo y calidad de vida son directamente proporcionales

Además es imprescindible el flujo financiero y la transferencia tecnológica de los países industrializados a los países en desarrollo para que no tengan que desarrollarse basándose en energías sucias.

Todo esto pasa por un cambio de modelo de consumo; se necesita pasar del derroche y el consumismo de unos pocos a un desarrollo sostenible para todos. La sensibilización y la educación juegan un papel esencial para replantear la percepción de que consumo y calidad de vida son directamente proporcionales.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Mientras el cambio climático amenaza como una gran ola con llevarnos por delante si no reaccionamos con la contundencia y la urgencia necesaria, todavía los ciudadanos no estamos percibiendo que nuestros responsables políticos actúen con la celeridad y la contundencia necesaria ante la magnitud y la urgencia del problema.

Energía eólica a Sicignano degli Alburni. Fotoandrew

Es imprescindible abordar el problema de raíz disminuyendo la emisión de gases de efecto invernadero, pero también se necesitan medidas de adaptación para paliar los impactos, que en mayor o medida dependiendo de lo eficaces que seamos en disminuir las emisiones, van a darse.

WWF/Adena demanda a la Administración Central así como a las Administraciones Autonómicas y Locales que den a la lucha contra el cambio climático la prioridad necesaria y faciliten los instrumentos para la transición hacia un modelo energético sostenible y un consumo responsable.

En concreto, y en el marco del nuevo acuerdo internacional que se está preparando para la continuidad del Protocolo de Kyoto, WWF/Adena pide al gobierno que apoye objetivos de reducción de emisiones a nivel internacional suficientes para garantizar que no se supere el umbral de aumento de temperatura de 2ºC. Esto supone que escala europea se reduzcan internamente las emisiones en al menos un 30% para 2020 respecto a 1990, y una reducción adicional fuera de las fronteras europeas de un 15% a conseguir con Mecanismos de Desarrollo limpio.


A nivel nacional, la reducción marcada por Bruselas para España de un 10% respecto a 2005 para los sectores no industriales es completamente insuficiente. España tiene un potencial mucho mayor, y tiene el riesgo de que no se incentive suficientemente la reducción de emisiones si el objetivo europeo es solo del 10% de reducción. WWF/Adena pide que el gobierno Español se comprometa con un objetivo mas ambicioso, de al menos un 30% respecto a 2005. Además, el objetivo de Energías renovables es completamente insuficiente para España si queremos seguir siendo uno de los países líderes en el sector. Hay 11 países europeos con objetivos más ambiciosos, entre los que figuran Portugal y Francia. WWF/Adena pide que al menos el 30% de la energía primaria en España proceda de fuentes renovables en 2020.

Para ello consideramos necesario abordar de manera urgente las siguientes medidas:
  • Leyes sobre movilidad sostenible, energías renovables, ahorro y eficiencia, así como una reforma fiscal con criterios ecológicos que garanticen la consecución de los objetivos arriba expuestos y que España contribuye en su máximo potencial a la lucha contra el cambio climático


  • Planificación territorial que disminuya las necesidades de transporte y revisión en profundidad del Plan Español de Infraestructura de Transporte que tenga en consideración las emisiones.


  • Eliminación de subvenciones a los combustibles fósiles y la energía nuclear y elaboración de un plan de eliminación progresiva de las mismas encaminado a conseguir un modelo energético sostenible y libre de CO2 a medio plazo.


  • Obligación de contemplar los impactos previstos del cambio climático en las políticas y planificación de todos los Ministerios y Consejerías, así como evaluar el impacto en emisiones de los planes que se diseñen.


  • Ejemplaridad de las administraciones públicas en el uso y promoción de energías renovables y eficiencia energética, especialmente de las Administraciones Locales, que son las más próximas a los ciudadanos.


  • Campañas de sensibilización ciudadana para que cada uno contribuya en su ámbito de acción al ahorro energético y a la reducción de emisiones.


  • Realización de escenarios de impactos previstos en nuestro país y medidas de adaptación para paliar los impactos en los habitats y especies más amenazados.



[1]IPCC, 2007. Summary for Policymakers of the Synthesis report of the IPCC Fourth Assessment Report

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