El material, bautizado como 'Twistron', puede producir corriente eléctrica constante y podría emplearse en un futuro para alimentar a un aparato electrónico de pequeño consumo.
Tecnología textil como una de las sendas a explorar en el futuro por parte de la industria. Un esfuerzo que se traducirá en un suculento negocio; más de 135 millones de euros se moverán en 2018. Pero aún hay que resolver algunos flecos que quedan sueltos, la batería, su principal escollo. Y puede que una de las soluciones esté más cerca de lo que se cree gracias a una fibra específica capaz de generar electricidad por sí sola.
Un grupo de científicos de EE.UU. y Corea del Sur han desarrollado una nueva fibra capaz de generar electricidad cuando se estira o se retuerce, según el trabajo publicado en la revista Science. El material, bautizado como 'Twistron', puede producir corriente eléctrica constante gracias al movimiento de las olas del mar o los cambios de temperatura. Para lograrlo, se ha utilizado una serie de nanotubos de carbono, unos cilindros huecos cuyo diámetro es hasta 10.000 veces más pequeños que un cabello humano.
El procedimiento, en teoría, en simple. Para poder generar la electricidad, los tubos tuvieron que haberse sumergido o revestidos de un material conductor de iones o electrolito, que puede ser incluso sal de mesa convencional y agua. En ese estado es posible conducir la eletrectricidad.
"En el momento en el que se sumergen las fibras de nanotubos de carbono en un baño de electrolito, las fibras se cargan por el propio electrolito", señala en un comunicado Na Li, del Instituto NanoTech de la Universidad de Texas (EE.UU.). De esta forma, "no se necesitan baterías externas o voltaje [para encenderlo]", lo que permitiría en un futuro diseñar objetos a nivel comercial en forma de ropa para utilizarlo como gadget o plataforma para conectar otros aparatos electrónicos.
Esta investigación, no obstante, se encuentra en una fase demasiado embrionaria como para considerarlo como un proyecto a gran escala pero puede servir de campo de experimentación para el futuro de la tecnología wearable -vestible, en español-. De hecho, en otro de los ensayos se logró tejer esta fibra en una prenda específica, siendo capaces de alimentar a un aparato electrónico de escaso consumo eléctrico o sensores necesarios para monitorizar y recoger información del cuerpo humano. Durante las pruebas en laboratorio los investigadores demostraron que un hilo que pesaba menos que una mosca podía encender una luz LED.
Existen numerosos materiales piezoeléctricos que pueden generar energía cuando se estira o se comprime, pero este hilo es a su vez resistente y flexible al mismo tiempo que proporciona la conductividad necesaria para generar electricidad. "La obtención de energía eléctrica a partir del movimiento humano es un método para eliminar la necesidad de baterías. Nuestros hilos produjeron más de cien veces más energía eléctrica por peso cuando se estiraron en comparación con otras fibras de tejido", apunta Ray Baughman, director del Instituto NanoTech. ¿Cuál es el problema? Que necesita ser empapado en electrolitos para funcionar. ¿Tal vez el sudor?