Un cilindro de casi 140 metros extraído en el este de África muestra cómo los cambios ambientales favorecieron el cambio cultural
Hasta la actual crisis climática, los distintos cambios ambientales han venido marcando el devenir de la evolución humana. Diversos estudios apuntalan la conexión del clima con el progreso de unas especies de homininos y el repliegue de otras, como los neandertales en Europa. Pero como casi todo en la historia de los humanos, esta historia empezó en África. El análisis de un cilindro de tierra de decenas de metros ha permitido ver cómo los la alteración de las condiciones del entorno espolearon el avance humano.
Durante cientos de miles de años, los primeros humanos del Gran Valle del Rift, una fractura geológica que cruza el este del continente africano, vivieron en un entorno con pocos cambios. El régimen de lluvias permitía mantener una amplia población de herbívoros y fuentes seguras de agua con que sostener a aquellas comunidades humanas. Pero entonces todo cambió. El clima se volvió inestable, extremo y más árido. Y los humanos tuvieron que adaptarse o morir.
Es lo que ha comprobado un equipo de investigadores del Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano (EE UU). Como se viene haciendo en los casquetes polares, agujerearon la tierra para extraer un cilindro con las sucesivas capas de sedimentos del último millón de años. De su estudio han podido inferir cómo era el clima y cómo fue cambiando. Después cotejaron su registro climático con distintos restos arqueológicos del yacimiento de Olorgesailie, en la actual Kenia, para intuir la conexión entre clima y cambios en la tecnología y forma de vida de los homininos.
Tal y como cuentan en la revista científica Science Advances, los humanos de esta región usaron las mismas herramientas de piedra durante unos 700.000 años. Su forma de vida durante todo este tiempo fue muy estable. Pero hace unos 320.000 años entraron en una nueva fase de la historia, una Edad de Piedra Media, donde las herramientas eran menos toscas, más pequeñas, con armas más punzantes y construidas para usarlas como proyectiles. Además, son los tiempos en los que empiezan a usar distintos pigmentos para colorear, lo que sugiere el desarrollo de la comunicación simbólica. También ampliaron sus movimientos sobre el terreno en una especie de protocomercio. Todo coincidiendo con un prolongado periodo de inestabilidad ambiental.
“La historia de la evolución humana se ha caracterizado por una adaptabilidad en aumento”, dice en una nota del Instituto Smithsoniano el principal autor del estudio Richard Potts, director del programa Orígenes Humanos de esta institución. “Venimos de un árbol familiar que es diverso, pero todas las otras formas de ser humano se han extinguido. Solo quedamos nosotros y bien podríamos ser la especie con mayor capacidad de adaptación que jamás haya existido sobre la Tierra”, añade.
Para confirmar la conexión climática del cambio cultural, los investigadores horadaron el suelo a 24 kilómetros del yacimiento de Olorgesailie. Extrajeron un cilindro de 139 metros (cortado en secciones) y cuatro centímetros de diámetro. Después estudiaron sus composición química, la presencia de distintos isótopos de carbono o los restos orgánicos sedimentados para estimar como era el paisaje y por qué cambió.
La tierra muestra que, varios miles de años antes de que los humanos de la región empezaran a hacer las cosas de otra manera, la disponibilidad de agua se complicó, probablemente por la combinación de la actividad tectónica y la alteración del régimen de lluvias. Esto debió cambiar todo el ecosistema.
“Hubo un enorme cambio en la fauna durante el periodo de tiempo en el que vemos el cambio de conducta en estos primeros humanos”, comenta Potts. “Los animales también afectaron al paisaje por medio de las plantas que se comían. Entonces los humanos, con algunas de sus innovaciones, como las armas arrojadizas, también debieron afectar a la fauna. Fue todo el ecosistema lo que cambió, con los humanos dentro”, concluye.