Los europeos actuales somos el resultado de constantes movimientos poblacionales, pero quiénes eran, cuándo y cómo dispersaron por Eurasia los primeros grupos de humanos modernos en el Paleolítico Superior (hace unos 44.000 años) sigue siendo uno de los debates más intensos de la paleontropología y la arqueología.
Desde África, donde comenzó la dispersión del Homo sapiens hacia Eurasia, el Próximo Oriente es una región clave para comprender cómo se expandieron las personas y tradiciones del Paleolítico Superior temprano (hace algo más de 40.000 años). Por eso, analizar los restos prehistóricos para reconstruir la historia de las primeras migraciones y definir las razones de su éxito colonizador es un proceso complejo en el que el corredor del Levante juega un papel clave.
Ahora, un estudio publicado en Science Advances y realizado en el yacimiento israelí de la Cueva de Manot, afina en la datación de dos de las culturas del Próximo Oriente implicas en la extensión humana por Eurasia: la Ahmariense temprana y la Auriñacense levantina; junto al Proto-auriñaciense y el Auriñaciense antiguo europeo.
Actualmente, la hipótesis más respaldada en arqueología propone que los primeros ahmarienses dieron origen a los proto-auriñacienses (una cultura exclusivamente europea) en Europa y que los autores del Auriñaciense europeo regresaron al Próximo Oriente, donde produjeron el llamado 'Auriñaciense levantino'. Sin embargo, estas hipótesis no están confirmadas dado que los arqueólogos y paleontropólogos no han sido capaces de determinar los movimientos de ambas culturas en el Levante, ya que los estudios arqueológicos de estas épocas se han basado en dataciones que resultaban contradictorias. Y es que "la mayor parte de los yacimientos del Paleolítico superior de la región fueron excavados hace décadas y no siempre siguiendo los protocolos de investigación actuales que son mucho más precisos", explica a EFE el coautor del estudio, José Miguel Tejero, arqueólogo del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) francés y del grupo de investigación Seminari d'Estudis i Recerques Prehistòriques (SERP) de la Universidad de Barcelona (UB).
Para conseguir una cronología más exacta de las industrias arqueológicas en el Levante, la investigadora de la Universidad de Harvard Bridget Alex (líder del estudio), y sus colegas diseñaron su propio 'programa de investigación' para lograr una buena datación. El estudio, utilizó la datación por radiocarbono (un método de datación radiométrica que utiliza el isótopo carbono-14 para determinar la edad de materiales que de hasta 50.000 años de antigüedad) pero con un pretratamiento de limpieza y purificación de 41 muestras y 6 tipos de sedimento para eliminar los contaminantes que podrían inducir al error en las fechas. "Este pretratamiento es una novedad porque consiste en la combinación experimental de hasta seis de los métodos más recientes que se utilizan habitualmente para asegurar que los resultados de las dataciones son los correctos", puntualiza Tejero. También usaron métodos geoquímicos y geoarqueológicos para definir más cuidadosamente los contextos estratigráficos donde se hallaban las muestras recogidas.
Toda esta sofisticada datación se hizo con muestras recogidas en la Cueva de Manot, Israel, cuya entrada quedó sellada en la prehistoria de modo que sus niveles arqueológicos están intactos. "Este yacimiento es extremadamente rico en vestigios materiales paleolíticos con niveles ocupados por ambas culturas arqueológicas y con restos óseos en un excelente estado de conservación, y restos humanos que confirman la hipótesis del origen africano de nuestra especie y su coexistencia con los neandertales", explica Tejero.
Con el avanzado análisis de las herramientas y de los restos encontrados en la cueva israelí, el estudio reconstruye un marco cronológico del Paleolítico superior temprano levantino que confirma la hipótesis de que efectivamente el Ahmariense levantino dio lugar al proto-auriñaciense en Europa y que, a su vez, el Auriñaciense europeo está en el origen del Auriñaciense levantino. El análisis de las fechas y herramientas encontradas sugiere que la cultura Ahmariana Temprana existió hace entre 46.000 y 42.000 años en el Levante y la auriñaciense entre 38.000 y 34.000 años