Hablamos con Juan José Vilatela, investigador del Instituto IMDEA Materiales que ha puesto en marcha junto con el propio centro de investigación la empresa Floatech, una spin-off, para producir electrodos de silicio destinados a las baterías de los vehículos eléctricos y los dispositivos electrónicos portátiles
Su empresa es la primera spin-off que crea IMDEA Materiales, ¿qué van a producir?, ¿cuál es su innovación?
La empresa produce electrodos de silicio para la nueva generación de baterías ion-litio. La innovación consiste en fabricar estos electrodos con un nuevo método disruptivo, que elimina todos los solventes y procesos de mezclado en la producción de electrodos. Esto es posible ya que en el proceso de Floatech se combinan en una sola las etapas de transformación de materia prima y fabricación de electrodos. Como consecuencia se reduce la huella medioambiental y el coste de producción de ánodos de altas prestaciones, uno de los componentes clave de la nueva generación de baterías.
Abandonamos la “era del carbón” y para adentrarnos en una nueva era, la “era del silicio”, ¿qué ventajas tiene este material?
El silicio tiene dos grandes ventajas respecto al grafito – el carbón que se usa actualmente en baterías. Por un lado, tiene diez veces mayor capacidad de almacenamiento. Pero adicionalmente, el silicio es uno de los materiales más abundantes en la tierra; se encuentra en la arena y las rocas. El grafito natural es escaso, especialmente en Europa, y por lo tanto está en la lista de materiales críticos a reemplazar para asegurar la seguridad energética de Europa.
¿Y cuáles son o serán las aplicaciones de este material y para qué tecnologías son o serán más adecuadas?
Nuestro objetivo es aplicar estos electrodos en la nueva generación de vehículos eléctricos, con la idea de disminuir el peso de las baterías y aumentar su rango. Nuestra tecnología es especialmente adecuada para lograr estos objetivos con un proceso de fabricación sostenible. Estimamos que podemos reducir en un 25% la energía requerida para fabricar de celdas, lo cual es equivalente a evitar la emisión de más de dos toneladas de CO2 por vehículo eléctrico fabricado.
¿Es posible desarrollar esta tecnología a gran escala? ¿Cómo?
Al ser un proceso continuo en fase gas, es altamente escalable hasta la escala de cientos de toneladas. Nuestra estrategia es escalar la producción de electrodos a la par que hagamos pruebas con clientes. Actualmente estamos terminando la fabricación de los primeros prototipos de baterías de tamaño similar al de un móvil. Esperamos a lo largo del 2022 fabricar baterías más grandes, con el formato de celda usado en vehículo eléctrico. Una vez nuestros electrodos pasen las pruebas de validación, aceleraremos la producción a planta piloto.
Crear una empresa de este tipo es cada vez más fácil, pero sigue siendo un proyecto muy ambicioso que requiere un enorme compromiso de muchos años. Es indispensable contar con el apoyo del centro de investigación, especialmente en la etapa inicial
¿Es difícil para un científico crear una empresa? En su opinión, que requisitos deberían implementarse desde las instituciones para que este proceso fuera sencillo y no supusiera un elevado coste para el investigador?
Crear una empresa de este tipo es cada vez más fácil, pero sigue siendo un proyecto muy ambicioso que requiere un enorme compromiso de muchos años. Es indispensable contar con el apoyo del centro de investigación, especialmente en la etapa inicial. Permite primero crear la empresa en el momento correcto y posteriormente incubar desde del centro. Esto logra crear un proyecto más maduro y por lo tanto con mayores posibilidades de éxito. Contar con financiación pública semilla potenciaría aún más estas empresas.
¿Cómo se pudo desarrollar la tecnología de Floatech? ¿Contaron con alguna ayuda económica de inversores o de instituciones?
Los dos ingredientes clave para desarrollar esta tecnología fueron Europa e IMDEA. La tecnología proviene de investigaciones que realizamos en un tipo de proyecto de I+D (ERC) de la Comisión Europea que permite explorar ideas disruptivas de alto impacto y acelerar su maduración una vez se constata su potencial. Este mecanismo de financiación nos permitió primero estudiar una idea arriesgada y posteriormente comenzar su industrialización mediante la creación de la spin-off. En IMDEA Materiales hemos tenido el entorno idóneo para llevar a cabo esta investigación puntera. En paralelo, con el equipo de la oficina de Transferencia Tecnológica del Instituto, diseñamos la estrategia de industrialización y seguimos trabajamos conjuntamente para llevarla a cabo.
¿Quiénes forman hoy Floatech?
Actualmente tenemos un equipo de siete personas que contribuyen al proyecto, con distinta dedicación. Richard Schäufele es cofundador de Floatech y quien lleva las riendas del escalado, producción, y desarrollo de tecnología.
Tenemos dos asesores de primer nivel, Fernando Celaya (Effectual Insights) y el profesor Manuel Doblaré (Universidad de Zaragoza), ambos con décadas de experiencia en innovación, emprendimiento y desarrollo de negocios en el sector energético.
¿Cuál cree que es el mayor reto al que se enfrenta Floatech?
El mayor reto es lograr ser competitivos ante empresas asiáticas y de Estados Unidos con acceso a mucha mayor financiación y en un entorno de desarrollo más ágil que el nuestro. Esperamos que nuestra tecnología sea suficientemente superior y pueda contribuir a mantener a Europa en la vanguardia en el desarrollo sostenible de la nueva generación de baterías para movilidad eléctrica.
Más información:
https://theobjective.com/sociedad/2022-01-15/investigadores-bateria-coches-emisiones/