Entrevista a: M. Paz Martín, José Luis Fernández Alonso y Riki Riina, científicos del CSIC en el <a href="https://rjb.csic.es" title="Real Jardín Botánico" alt="Real Jardín Botánico" target="_blank">Real Jardín Botánico</a>.
Paseo científico por el Real Jardín Botánico con el investigador Ramón Morales durante la Noche de 2016
1.- ¿Qué le parece la iniciativa de la Noche Europea de los Investigadores? ¿Cómo valora que su objetivo fundamental sea acercar la figura del investigador a los ciudadanos y fomentar las vocaciones científicas y el espíritu emprendedor entre los jóvenes?
M. Paz Martín (M.P.M): La Noche Europea es una iniciativa excelente para que los ciudadanos se acerquen a los científicos y nosotros a ellos sin máscara, sin bata, y que compartan nuestro entusiasmo por nuestro trabajo. Nunca sabes cuándo aparece tu vocación, sin embargo, la inspiración tiene que pillarte despierto por lo que seguro que en la Noche Europea de los Investigadores de Madrid podemos fomentar muchas vocaciones científicas.
José Luis Fernández Alonso (JL.F.A): Es una iniciativa interesante e importante porque muchos ciudadanos no conocen aún en qué consiste el trabajo de los investigadores dedicados a la ciencia y la influencia que éste puede tener para el desarrollo económico y para el progreso de un país. Por tanto, actividades como ésta acercan la figura del científico, del investigador, y cumplen un doble objetivo: hacer entender por qué un profesional opta por dedicar su vida laboral a la ciencia, qué sentido tiene dedicarle un esfuerzo a la investigación y, dos, dar a conocer el componente vocacional que esta profesión tiene. Esto nos lleva a una tercera cuestión, la de fomentar la vocación científica entre los jóvenes que todavía no tienen claro hacia dónde van a enfocar sus estudios superiores y dejarles claro que la carrera de investigador no es fácil ni cómoda, pero que puede ser muy gratificante personal y profesionalmente si te gusta servir y ayudar a la sociedad.
Riki Riina (R.R): La Noche Europea de los Investigadores me parece una iniciativa positiva porque ayuda a despertar el interés por la ciencia y la actividad científica entre la sociedad. Pero, además del objetivo de despertar la vocación científica creo que es todavía más importante ayudar a crear una conciencia científica en los ciudadanos o una manera de afrontar la realidad y lo que nos cuentan o informan sobre ella, con una actitud de cuestionarlo todo y pedir evidencias sobre lo que se nos dice en cualquier situación o ámbito de la vida cotidiana. En ciencia no hay cabida para frases como "porque sí", "porque lo digo yo" o "porque siempre ha sido así". El conocimiento se basa en evidencias y hay unas menos o más contundentes que otras, y la ciencia va avanzando en la medida que encuentra evidencias más fuertes para derribar o apoyar hipótesis o explicaciones previas a cualquier fenómeno natural o social. Si con una actividad como esta, lográsemos incentivar este tipo de mentalidad, además de la curiosidad, el asombro por el medio natural y por nosotros mismos como especie, ya nos podríamos dar por satisfechos.
2.- ¿En qué consiste la actividad que organiza?
De izquierda a derecha, Riki Riina recogiendo unas muestras de campo y durante una excursión
M.P.M: La actividad consistirá en un paseo por el Real Jardín Botánico, a modo de expedición científica, en las que iremos comentando cómo los científicos y, en particular los micólogos, descubrimos y describimos las especies de hongos mediante no sólo caracteres morfológicos, sino también el análisis de una pequeña región del genoma (ADN de un organismo), como si se tratase de las líneas negras en un código de barras. La herramienta de identificación conocida como el código de barras de ADN, se basa en confrontar el fragmento de ADN (barcode) de una muestra desconocida, con una o más secuencias de muestras bien identificadas; lo que permite la identificación rápida, para los investigadores que lo necesiten. Esta herramienta es especialmente útil, para la identificación de organismos poco visibles, o con pocos caracteres morfológicos para su identificación, tales como los hongos. En muchas ocasiones, en el sustrato (por ejemplo, suelo o restos vegetales) solo aparecen las partes vegetativas -las hifas, que forman el micelio-, que tienen un aspecto más o menos idéntico en el microscopio, por lo que no se puede llegar a conocer la especie.
Iniciaremos la expedición bajo algunos árboles emblemáticos del Jardín, como por ejemplo el olmo 'Pantalones', e iremos descubriendo la diversidad de hongos que conviven en ellos. También, como las técnicas moleculares permiten abordar estudios de población, para reconocer el número de individuos de un hongo que, por ejemplo, habitan en un bosque. En nuestro caso, averiguaremos los individuos del hongo de la miel, Armillaria mellea, que crecen en el Real Jardín Botánico (y en casi todos los Jardines Botánicos del mundo).
JL.F.A: Bajo el título "Prioridades en el estudio de la Flora Tropical de América" voy a realizar un recorrido por el Jardín Botánico, principalmente por los invernaderos, para hablar de la flora del trópico americano, su estudio y la importancia del inventario y el conocimiento de esta biodiversidad para ayudar a conservarla. Estamos en unos tiempos en los que hay un riesgo evidente de pérdida de biodiversidad y en parte es debido a su desconocimiento. No se valora ni se protege de la forma adecuada lo que no se conoce.
R.R.: Mi intención es contarle al público acerca de mis investigaciones sobre un grupo de plantas megadiverso, el género Euphorbia, usando las colecciones vivas del Real Jardín Botánico. Quiero contarles cómo a través de tecnologías bastante recientes los botánicos empezamos a tener acceso a grandes cantidades de datos genéticos que nos ayudan a reconstruir las relaciones de parentesco entre especies y grupos de especies, lo que se conoce con la metáfora del árbol de la vida. Me gustaría también explicar el fenómeno llamado convergencia evolutiva, el cual ha dado lugar a que los botánicos hayamos cometido muchos errores en la clasificación de estas plantas en el pasado, ya que casi toda la clasificación estaba basada en las formas externas de las plantas. Otro aspecto que voy a destacar para despertar la curiosidad es un caso de reducción floral extrema en el mundo vegetal. Conoceremos la estructura de un arreglo de flores muy peculiar, el llamado ciatio de las euforbias. Y por último, intentaré explicar a los asistentes porqué este tipo de investigación es importante y responder a la pregunta ¿De qué nos sirve conocer la historia, evolución y el árbol de la vida de este y otros géneros de plantas?
3.- ¿Cuál es el objetivo principal de la actividad?
M.P.M: Dar a conocer y difundir el trabajo de investigación relacionado con la detección e identificación hongos. Trabajo que se inicia con la recolección de especímenes en expediciones tanto a lugares cercanos o remotos, como la Patagonia chilena, y termina cuando identificamos los especímenes recolectados mediante caracteres morfológicos (macro y microscópicos) y moleculares, como los análisis de ADN.
JL.F.A: Enlazando con la anterior respuesta creo que es urgente trabajar en la conservación de las especies y de las selvas a través del conocimiento y la información, para mitigar hasta donde nos sea posible la pérdida de biodiversidad. Un objetivo importante es involucrar a toda la sociedad en la conservación, no solo a la comunidad investigadora o a aquella que más se preocupa y ocupa del medio natural. Creo que un conocimiento adecuado, por ejemplo, de las especies endémicas o amenazadas de una región propicia el interés de las autoridades ambientales por la conservación de las misma en al ámbito regional. Conozco casos concretos de árboles endémicos en Colombia que han sido especies insignia para la conservación de ecosistemas y formaciones vegetales. También es importante relacionar estudio o investigación con conservación.
R.R.: Conocer aspectos fascinantes acerca de un grupo de plantas y despertar la curiosidad sobre el mundo vegetal. Además, espero que los participantes puedan entender mejor las diferentes actividades que realizo como investigadora en el campo de la botánica y la biología evolutiva. Quisiera derribar la idea generalizada en el público de que un botánico es una persona que conoce qué planta tomar para un dolor de estómago o qué hacer para que mi planta del balcón se ponga más frondosa y florezca.
4.- ¿A qué tipo de público se dirige?
A la izquierda, José Luis Fernández Alonso en el Real Jardín Botánico. A la derecha durante un viaje a Colombia.
M.P.M: Público general, aunque focalizando en estudiantes creo que puede interesar mucho a estudiantes de ESO y Bachillerato.
JL.F.A: Mi objetivo es que llegue, en primera instancia, a los jóvenes con la intención de que aprecien, en su justa medida, estas perspectivas investigadoras, y se marquen como reto, aquellos que quieran hacer la carrera o los estudios superiores de Biología, Ecología o Biogeografía el estudio de la flora tropical, donde todavía queda un largo camino por descubrir, dada su extensión y riqueza, Pero también es una actividad enfocada al público en general para que conozcan al detalle el trabajo de la investigación básica en la catalogación de la biodiversidad y, singularmente, en el empresariado para que conozcan su relación con las ciencias aplicadas y su repercusión económica en la sociedad en áreas como la agricultura, la industria química, la sanidad, en definitiva, la bioeconomía.
R.R.: La actividad está dirigida para un público general, de cualquier edad. Desde estudiantes que están interesados por la Biología y no terminan de decidirse a personas ya formadas en cualquier campo profesional. Con un lenguaje accesible e interactuando con los asistentes intentaré hacer realidad el objetivo de la actividad.
5.- ¿Por qué decidió lanzarse y participar en la Noche?
M.P.M: Es una forma lúdica de que los ciudadanos conozcan, de una forma directa, la labor que realizamos los investigadores; pueden vernos como lo que realmente somos, personas entusiastas y muchas veces absortas por su trabajo, pero que también disfrutan con su familia, sus amigos y sus momentos de ocio.
JL.F.A: Cuando se me formuló la propuesta de participar desde la Unidad de Cultura Científica del Jardín Botánico no lo dudé un instante porque soy un convencido de que España tiene que aportar más al apartado del I+D+i, si quiere ganar posiciones en el terreno investigador europeo y los que ya estamos inmersos en ese apartado debemos mostrar esa faceta investigadora y su utilidad para la sociedad a públicos que no están familiarizados con la ciencia.
R.R.: Una parte importante de mi labor como científica es trasmitir la ciencia y su importancia, y divulgar de forma accesible y amena, un hecho que te permite esta actividad. Por otro lado, los ciudadanos tienen derecho a saber en qué se utilizan los fondos destinados a la investigación. Creo que sería muy injusto y egoísta no compartir con la sociedad la curiosidad investigadora que tenemos los científicos y los resultados a los que llegamos.
6.- ¿Cómo nació su vocación científica? ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico?
M. Paz Martín en el Laboratorio del RJB y con durante un viaje turístico en el metro de Londres.
M.P.M: Cuando era estudiante de BUP, tuve uno de los mejores regalos que un adolescente puede tener: un profesor entusiasta que disfruta enseñando. En mi caso fue mi profesora de Ciencias Naturales Neus Lloveras, discípula de Rosa Sensat, una educadora catalana que en las primeras décadas del siglo XX introdujo en España modernas teorías pedagógicas, como una escuela al aire libre (Escuela del Bosque). Con Neus Lloveras realizábamos numerosas clases prácticas, tanto en el laboratorio del Instituto Torres i Bages de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), como en las excursiones, o en el mismo aula. Yo disfrutaba viendo las películas sobre "los calamares", "los hongos", "el descubrimiento de la penicilina", "la vida de Marie Curie"… Por aquel entonces no sabía que sería científica, pero estaba segura de que quería ser bióloga.
JL.F.A: Desde niño siempre tuve clara inclinación por observar y estudiar la naturaleza, aspecto que se facilitaba al vivir en un medio rural, en un pueblito de Castilla y León. Desde antes de ir a la escuela primaria, empecé a interesarme por los insectos y en el Bachillerato tomaba notas sobre la cría de diferentes orugas para su estudio y coleccionaba lepidópteros, coleópteros y otros artrópodos. Conservo estos cuadernos con letra de colegio. Mi interés por las plantas fue más tardío y llegó a través de cría de orugas, que me obligaba a rastrear en las enciclopedias y después en el Bonnier, los nombres científicos de las plantas nutricias que citaban en una guía de mariposas Europa que yo tenía.
También comencé a leer sobre viajes de naturalistas (Darwin, Bates, Wallace) en colecciones de divulgación y comencé a soñar con conocer aquello. Marginalmente supe de la Expedición de Mutis en Colombia y sus láminas botánicas en la revista de viajes Periplo, a principios de los ochenta. La información sobre la obra inédita de Mutis me causó una gran impresión y me parecía inconcebible que no se hubiese publicado después de 150 años.
Siempre tuve claro que quería estudiar Biología. Luego, ya en la Universidad de Salamanca, las colecciones de insectos y después el inicio un herbario personal, bajo el influjo favorable de los profesores E. Rico y P. Amich, me llevaron a hacer la tesina en florística con el mejor tutor que pudiera encontrar en aquella época, Santiago Castroviejo en el RJB. Santiago, a quien considero mi maestro, también dirigió mi tesis doctoral en un género de plantas tropicales, cuando era becario de la Flora de Mutis y después cooperante en Colombia. Fue también mi nexo permanente con el Real Jardín Botánico, durante los más de 20 años vividos en Colombia como docente e investigador.
R.R.: De pequeña vivía rodeada de naturaleza y mis lecturas preferidas eran las biografías de científicos. Mi madre tenía una colección de juegos con experimentos científicos para niños y esos eran mis juguetes preferidos. Después, la enseñanza me fue conduciendo por el camino de la ciencia y decidí estudiar Biología. Al inicio de mis estudios, una expedición al Amazonas terminó por marcar mi carrera científica haciendo que dedicara gran parte de mi investigación a entender el origen, distribución y evolución de la abrumadora diversidad de plantas presente en nuestro planeta.
7.- ¿En qué área está especializado? ¿Cuáles son sus líneas de investigación?
M.P.M: Me he especializado en Micología, el estudio de los hongos. Mi investigación se centra en descubrir y describir la biodiversidad de hongos mediante caracteres morfológicos, fisiológicos y moleculares, analizar la variabilidad genética de las especies y establecer las relaciones filogenéticas entre ellas.
JL.F.A: Mi área es "Taxonomía, sistemática y biogeografía de angiospermas, principalmente de regiones tropicales". Y las líneas de investigación se centran en algunos grupos como el gran género Salvia de las Lamiaceae, algunos géneros de árboles de las Malvaceae como Matisia y Pachira y el género endémico del norte de los Andes Aragoa de las Plantaginaceae.
Por otra parte tengo que ver con proyectos descriptivos de inventario como: Flora de Colombia y la Flora de la Real Expedición Botánica del nuevo Reino de Granada (flora histórica que coordino actualmente) y también en algunos proyectos de prospección de compuestos bioactivos, de botánica forense y de plantas invasoras.
R.R.: Me he especializado en "Sistemática y Evolución de grandes géneros de plantas". Estudio cómo están relacionadas las especies de estos grupos megadiversos, cómo llegaron a diversificarse y cuándo. También cómo han alcanzado su distribución actual en todos los continentes y qué estrategias o formas han evolucionado que puedan haberlas llevado a sobrevivir en ambientes tan diversos y extremos.
8.- Como sabe, la Noche se celebra simultáneamente en más de 300 ciudades europeas. ¿Cree que estas iniciativas paneuropeas pueden influir en la percepción que los ciudadanos tienen sobre los investigadores?
M.P.M: Sí, los ciudadanos verán que somos personas accesibles, que disfrutamos con nuestro trabajo y que disfrutamos compartiendo el conocimiento que adquirimos durante el desarrollo de los proyectos.
JL.F.A: El hecho de que sea una actividad simultánea en más de trescientas ciudades de Europa es un acierto porque permite poner en el tablero a la ciencia, a lo que están haciendo los investigadores, tanto en nuestro país como en el resto del continente. Esto pone en valor los esfuerzos económicos de cada territorio en la ciencia o deja en evidencia a quien no los hace. Y en cuanto a la percepción ciudadana también es atinado porque pienso que siempre tendemos a prestar más atención a actividades con amplia cobertura o que se dan en distintos lugares que a iniciativas más locales.
R.R.: Como he dicho al inicio, toda iniciativa en este sentido es positiva y enriquecedora. Los charlatanes abundan más que los científicos y son, además, expertos en publicidad. Lamentablemente los científicos no le dedicamos tanto tiempo a difundir el conocimiento que generamos y a fomentar la mentalidad investigadora e innovadora. Los científicos deberíamos ayudar a despertar la curiosidad por el mundo en todas sus facetas. Tal vez el hecho de estar tan concentrados y apasionados por nuestro trabajo, nos hace que olvidemos la divulgación científica. Tenemos que dejar un espacio de tiempo para llegar al gran público y esta es una gran iniciativa para lograrlo.