Las comidas precocinadas son útiles para aquellos con prisas, pero las bandejas en las que se sirven probablemente durarán más de una generación.
Europa se enfrenta a un aumento constante del consumo de platos precocinados. Más allá de las consecuencias de esta "dieta" para la salud humana, el envasado de dichas comidas es muy perjudicial para el medio ambiente. El plástico negro utilizado en los envases de precocinados genera enormes problemas de gestión de basuras dado que los láseres que procesan los residuos a reciclar no pueden identificar con facilidad qué tipo de material es.
Consumidores y productores, preocupados por el impacto de este tipo de envases, están de acuerdo en utilizar materiales más sostenibles. Las grandes superficies también han acordado eliminar paulatinamente este tipo de envases, una labor en la que trabajará un equipo de investigadores y científicos financiados con fondos europeos.
Una bandeja nueva ideada por el fabricante de envases finlandés Huhtamaki ofrece una alternativa viable al plástico negro. Desarrollado en colaboración con los socios del proyecto FRESH, Södra y SaladWorks, el producto forma parte de un esfuerzo destinado a vender envases biológicos para comidas preparadas en el mercado del Reino Unido.
La empresa probó sus envases basados en fibra en mayo y junio en dos platos precocinados de cocina italiana. "Confiamos en que la nueva propuesta sea bien recibida y que suponga un punto de inflexión para la adopción de envases biológicos en este segmento", declaró Steve Davey de Huhtamaki en un artículo de la revista Packaging Europe. Al reconocer la necesidad de contar con alternativas basadas en materiales renovables, Huhtamaki confía en que las pruebas den paso a la adopción de envases biológicos en este segmento.
En una noticia publicada en el sitio web de la empresa finlandesa se explica que el material nuevo tiene la textura del cartón y está creado con fibra derivada de fuentes certificadas por el Consejo de Gestión Forestal. Creado en 1993, este consejo trabaja para que los bosques de todo el mundo se gestionen de un modo responsable en los planos social y medioambiental.
Desarrollado por Södra, socio de FRESH , este material renovable se denomina Durapulp y es un biocompuesto basado en una mezcla de celulosa y ácido poliláctico (PLA) que no incluye organismos modificados genéticamente en su materia prima. "Es una alternativa renovable y adecuada para el almacenamiento de productos sensibles como la comida", declaró Catrin Gustavsson, vicepresidenta sénior de Innovación y Nuevas Oportunidades Empresariales en Södra.
El proyecto FRESH (FRESH - Fully bio based and bio degradable ready meal packaging), que tendrá una duración de tres años y medio hasta 2020, se propone generar alternativas innovadoras basadas en celulosa de alta calidad a las bandejas de plásticos derivados de combustibles fósiles mediante una tecnología de laminación nueva. Los objetivos del proyecto son lograr una huella medioambiental mucho menor (una reducción del CO2 de más del 80 %) durante el ciclo de vida del proyecto en comparación con otros materiales de envasado basados en combustibles fósiles. Su objetivo general es ofrecer una cadena de valor completa, desde la producción de materiales hasta el usuario final, en la que se demuestre la viabilidad técnica y económica de una alternativa a los envases para comidas precocinadas completamente biológica y biodegradable.
El producto final de FRESH podría llegar a ofrecer importantes ventajas medioambientales, económicas e incluso de creación de empleo. Demostraría, además, que es un elemento de cambio para los distribuidores, las empresas de cáterin -por ejemplo aerolíneas y servicios de alimentación a domicilio para los más mayores- y misiones en zonas remotas que cubran necesidades tanto civiles como militares.