Una investigadora advierte del riesgo de que la inteligencia artificial nos manipule emocionalmente
La filósofa Carissa Véliz argumenta en este artículo publicado en Nature por qué se opone a que los servicios de inteligencia artificial como ChatGTP utilicen emojis. Véliz explica que los seres humanos estamos codificados para responder emocionalmente a formas que nos recuerdan a caras. Por eso los emojis tienen una gran capacidad para hacernos sentir alegría, tristeza y otras sensaciones.
Esta capacidad de manipulación emocional por parte de la inteligencia artificial conlleva muchos riesgos. Puede hacer que la publicidad sea más persuasiva y convencernos de hacer cosas que de otra manera no haríamos. Por ello apela a las empresas tecnológicas para que sus plataformas de inteligencia artificial no usen emojis y empleen un lenguaje más informativo, donde quede claro que quién habla es una máquina.