Conocer cómo se construyen los modelos masculinos y femeninos de convicciones y expectativas es decisivo en la elección de una carrera universitaria y relevante para atajar la brecha de género en la educación superior, según un estudio de la <a href="https://www.comillas.edu/" title="Universidad Pontificia Comillas" alt="Universidad Pontificia Comillas" target="_blank">Universidad Pontificia Comillas</a>.
A pesar de que la presencia de las mujeres en la educación superior ha crecido de manera muy significativa a lo largo de los últimos 40 años en España, a la hora de elegir carrera, todavía persiste un sesgo importante en las matriculaciones de carreras típicamente masculinas y femeninas. Los datos demuestran que las mujeres eligen estudios relacionados con áreas de sanidad, educación, ciencias sociales y jurídicas y humanidades, y que los hombres optan por formarse en ingenierías, informática o electrónica, entre otros estudios.
"Esta segregación horizontal en la elección de carreras universitarias no es fortuita, sino que responde a una socialización diferenciada de mujeres y hombres que se cronifica aún más en la trayectoria profesional, perpetuando un modelo social en el que claramente las mujeres y los hombres se dedican a actividades distintas". Además, "la diferenciación no se refiere sólo al contenido, sino también en cuanto al valor que a estas actividades se concede", asegura en un estudio la profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Comillas ICADE María José Martín Rodrigo.
Ella fue la encargada de dar a conocer su investigación en la lección magistral del nuevo curso universitarios de la Universidad Pontificia Comillas que tituló "Influencia de los estereotipos de género en la elección de estudios universitarios". En su presentación se refirió al "gueto de lo femenino", porque "se identifican claramente itinerarios formativos y áreas de desempeño profesional que se convierten de manera 'natural' en el reclamo de la población femenina y, consecuentemente, se 'feminizan', reservando a los hombres otros espacios educativos". De esa forma, existe una brecha de género en la elección de estudios universitarios y una relación muy pronunciada entre los estereotipos de género y la segregación horizontal en esta elección.
Según las cifras aportadas por la profesora Martín Rodrigo, las mujeres de menos de 44 años ya han estudiado más que los hombres, tanto en secundaria como en estudios superiores. Asimismo, el porcentaje de mujeres que ingresan por primera vez en la Educación terciaria es superior al de los hombres (un 53%), en línea con los porcentajes de los países de la OCDE y de EU22. Según la investigadora de Comillas ICADE, "las cifras avalan un fenómeno histórico-social importante: el incremento continuo y sostenido de las universitarias en todas las sociedades occidentales, asociado, sin duda, a cambios ocurridos en las percepciones de sus derechos, en sus expectativas de ascenso social y en lo concerniente al cambio en los roles que la sociedad asigna a hombres y mujeres".
En el aspecto laboral, el 71% de los hombres con estudios de ciencias acaban teniendo profesiones en ingeniería, matemática o estadística, mientras que solo el 43% de las mujeres con esos estudios acaban en esas ocupaciones. "Esto evidencia una falta de integración laboral de ellas, en puestos de trabajo que requieren cualificación en el área STEM ( siglas en inglés para designar (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), aunque estas, hayan sido formadas en dicho campo", reflexiona Martín Rodrigo.
Tras la exposición de las conclusiones de este trabajo de investigación, Martín Rodrigo recomienda "desarrollar un correcto plan de gestión de diversidad de género, que construya puentes hacia la igualdad real de derechos y oportunidades para ambos géneros, independientemente del sexo con el que nacieron".
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