Había escrito tres páginas
a propósito del buen químico que hay en cada insecto;
citando el atrayente sexual del gusano de seda,
y el escarabajo artillero, que rocía peróxido
de hidrógeno caliente cuando se siente amenazado.
Y estaba a la mitad de la historia
del escarabajo del pino occidental,
que posee una feromona de congregación
para llamar a todos los interesados (de su especie).
La feromona, por cierto, tiene tres componentes:
uno en el macho, la frontalita;
otro, atributo de la hembra, la exo-brevicomina;