• Un ilustrado

    El cuadro representa
    a un hombre alto y cano de mejillas
    alegres y ojos garzos.
    Viste un gabán de paño
    y hay una luz de plata en su sonrisa
    pacífica y antigua.
    ¿Qué días, qué veladas
    tristezas, qué silencios dorados
    entre los lentos libros, los ingenios
    de física recreativa?
    (Tu tiempo es nuestro tiempo: la violeta
    que acabo de encontrar entre tus páginas
    nostálgica y dichosa).

    En Versalles, en Viena, en Aranjuez,
    arañas de cristal y ventanales,
    pelucas, minués, juegos de naipes,
    hebillas, porcelanas, broches, cintas,

  • El alquimista

    MI ventana se abre a las nubes de paso,  a las hojas caídas, el río espejeante.   Unos hombres enfrente construyen altas torres  y las corona el grito veloz de los vencejos.   Pero yo... Tal vez en otro siglo.  Hoy mi ciencia no vale: está el horno sin fuego   y en las retortas frías ya nunca obtendré oro.  Estas cuatro paredes que de sobra conozco.  Así los condenados gustarán en su infierno  el sabor de sí mismo.  Triste humo, repiten,   y un eco inadvertido resuena aquí en mi cuarto.

  • Poetica y lingüística

    Hoy he leído es un decir un formidable treno fúnebre
    que cantan las mujeres del Peloponeso alrededor del féretro
    del difunto
    un formidable tratado del exiliado ruso Roman Jakobson
    acerca de la lingüística y la poética
    un tratado científico para ponerse serios
    y no reír en las estepas del oso salvaje
    que se pasea impaciente adentro de nosotros
    todo lo cual nos obliga a dejar que la boca cerrada
    siga comiendo
    las aberturas de la palabra nieve.
    De este modo la distribución de los acentos
    y los significados

  • ¿queremos acoger entonces...?

    ¿Queremos acoger entonces el canto de las galaxias?
    Si yo fuera Francisco de Asís proclamaría:
    ¡Oh galaxias de los cielos inmensos,
    alabad a mi Dios porque es omnipotente y bueno!
    ¡Oh átomos, protones y neutrones!
    ¡Oh canto de los pájaros, rumor de las hojas, silbar del viento!,
    cantad a través de las manos del hombre y como plegaria
    el himno que llega hasta Dios!

  • Armonía y destrucción

    Tan sólo digo: no entiendo.   Algo comprendo. Sí. Poco, desde luego.   Tan sólo la explicación. Y a veces con dificultad.  Pero entender de verdad: no entiendo.   Reconozco mis limitaciones, mi poca capacidad   y reducida concentración. Soy consciente del carácter vidrioso,  crítico y racional de mi intestino y mesenterio,   de la interna contradicción opositiva entre mis dos hemisferios.  Pero miro al cielo por la noche  y sólo digo: no entiendo.   Si no fuera porque existe la Tierra, un punto de luz consciente  en el océano del miedo ¿qué sentido tiene esto?

  • Exagrama

    Previamente saludos
    al corruptible dios de la ciudad,
    operación que hace propicio
    todo cambio de fortuna;
    un soborno,
    para que la respuesta anuncie
    lo que el alma espera.
    Agua sobre agua:
    las seis líneas
    revelan progreso y logro;
    adelante, el cruce del río
    acerca alimento, música.

    Las palabras de ayer y las de hoy,
    aquel rostro y este rostro,
    son iguales. Pero avanzamos
    hacia un bien difuso,
    como un rápido cuerpo de lobo.

  • Teoría de la relatividad

    Me quejo yo que tengo a fin de cuentas dónde
    arrimarme para calentar los tres bajo cero que hace fuera
    y que se nos quieren meter en casa.

    Me quejo yo que tengo este papel
    donde hacerlo.

    Me quejo yo que puedo
    entrar en un poema muerto de frío
    y abrazarme a este verso.

  • Números comparados

    Cuéntame un cuento de números,
    háblame del dos y el tres
    -del ocho que es al revés
    igual que yo del derecho-.
    Cuéntame tú que te han hecho
    el nueve, el cinco y el cuatro
    para que los quieras tanto;
    anda pronto, cuéntame.
    Dime ese tres que parece
    los senos de cualquIer foca;
    dime, ¿de quién se enamora
    ese tonto que es el tres?
    Ese pato que es el dos,
    está navegando siempre;
    pero a mí me gusta el siete,
    porque es un roto en la vida,
    y como estoy descosida,
    le digo a lo triste: Vete.
    Cuéntame el cuento y muy lenta,

  • Colón

    64

    Y suelta ya, de libertad avara,
    mientras se fija el sol levanta el vuelo,
    y a un tiempo así la humanidad ve clara
    la verdad en la tierra y en el cielo.
    Y entretanto que el sol su curso para,
    de sus entrambos polos roto el hielo,
    la tierra, como fúlgido topacio,
    libre en torno del sol cruza el espacio.

  • Dr. Freud

    Freud soñó que era Dr. Freud   y acosaba a sus aterrorizados pacientes  con las más obscenas preguntas   sobre la vida de los sueños     Al despertar procuró algún significado  para su pesadilla   pero ya era demasiado tarde   le había salido una barba entre canosa y negra  como de sabio   le habían crecido los dientes  muy ansiosos     Y la noche siguiente  al pedirle su mujer   como todos los sábados  que se acostaran juntos   él no pudo menos que preguntarse  cuáles serían los motivos   qué terrible tensión del pasado   se liberaría en ese instante fugaz