• Teoría cuántica

    El calor irradiado -lo mismo por una fogata campestre
    que por las explosiones atómicas al centro del sol-
    no forma un flujo continuo:
    se parece más al latir del corazón
    que al pausado tránsito de un río,
    porque la radiación procede por saltos cuánticos.

    Tal vez nuestro conocimiento
    proceda de la misma forma.
    Que en el campo de la física
    se haya asignado números enteros
    a cada uno de estos saltos,
    y que en las distintas tradiciones
    existan rituales de iniciación para cada pasaje,
    en nada altera el fenómeno fundamental.

  • El museo universal

    EL PROGRESO
    Avanza velocísima la audaz locomotora,
    Cruzando la llanura en alas del vapor,
    Rompiendo la montaña con furia destructora,
    La selva atravesando con ruido atronador.

    ¡Avanza, y a su paso las fieras se estremecen,
    Los bosques se separan, y se retira el mar:
    A su mandato altivo los montes obedecen,
    Que obstáculos no puede su carrera hallar!
    ¡Miradla, es del Progreso la máquina divina,
    Que arrastra en sus wagone's la libre humanidad,
    Que siempre adelantando, sin descansar camina

  • Ruedas de fortunaruleta

    Rosa
    de corola profunda.

    ¿Se te atraganta
    la bolita?

    Tienes un cielo
    de joyas falsas
    y te despojan manos
    descarnadas.

    Giras
    sobre turbias pupilas
    en el acre jardín
    de las interrogaciones.
    Giras
    sonámbula y fría.
    Abriendo tu gran cola
    de pavo real de números.

  • Cuatro cuartetos

    El conocimiento Impone una estructura, y falsifica,
    pues la estructura es nueva en cada momento
    y cada momento es una nueva y chocante
    valoración de todo lo que hemos sido.
    Sólo nos desengañamos
    de lo que, engañando, ya no podría hacer daño.
    En medio, no sólo en medio del camino
    sino en todo el camino, en un bosque oscuro,
    en una zarza,
    en el borde de una ciénaga, donde no se puede hacer pie,
    y amenazado por monstruos, luces fantásticas,
    a riesgo de quedar encantado.

  • Los cuatro elementos

    Los hombres -pobres hombres-
    Mantienen convivencia necesaria
    Con ese alrededor que los sostiene:
    La tierra más el agua, fuego y aire.

    Esa nutricia tierra
    Que a todo sin cesar le da su hondura.
    El agua de los mares, de los ríos,
    De creaciones líquidas.

    Los fuegos y sus llamas nos alumbran,
    Caldean y destruyen.
    Oh luz con sus penumbras y sus sombras
    De una puntualidad bien dirigida.

    En una relación siempre inmediata,
    El aire: brisa, viento, vendaval.
    Brisa, deleite, viento acosador
    Y ya enemigo.

    Ahí está la natura prodigiosa,
    Alg

  • Mil billones de sinapsis

    Cien mil millones de neuronas
    y mil billones de sinapsis
    en cada cerebro humano,
    dan más de sí que de no,
    y no al revés.
    Nadiés quiennoés.

    Quien piensa y descubre la vida,
    entiende y ve,
    y el que ni ve ni descubre,
    va de través y al revés.
    No es genovés ni alavés.
    Niés ni noés.
    Sólo bulto sospechoso y ciego ciempiés.

    El genial concierto bioquímico que somos
    suena igual en sí que en no.
    Cada átomo sabe el trayecto,
    dónde va y cuál es su ruido,
    cada molécula sus empalmes,
    cada función su sonido.
    Cien mil millones de neuronas
    dan

  • Los branquicéfalos

    Esos hombres mongoloides,
    con la cabeza muy ancha,
    juanetudos y achinados,
    tienen condiciones raras.
    Hay entre ellos muchos tipos
    que aprenden las matemáticas
    con una facilidad
    que nos maravilla y pasma.

    Otros tienen facultades
    verdaderamente extrañas
    para componer la música
    y sentirla y recordarla.

    Yo, siempre que las contemplo
    a esas cabezas cuadradas,
    supongo a un chino genial
    que va a hacer una gatada,
    y me recuerdan a Beethoven
    y sus terribles sonatas.

  • Complicidad

    Topología sobre Dinámica

  • Tratado de anatomía

    Cuerpo, árbol triste, piedra
    desmantelada,
    ¿en qué interino
    rincón de la memoria has ido almacenando
    tus anhelos, tus lastres, tus malditas
    condescendencias con la soledad?

    Las mermas sucesivas de los años,
    sus fases de ufanía, ya son sólo
    constancias azarosas:
    allí una luz presunta
    amagando en lo oscuro, aquí un atisbo
    de pasión apenas persuasiva,
    por todas partes esa mezcla
    de contumacia y de incred

  • Ama tu ritmo

    Ama tu ritmo, y rima tus acciones
    bajo tu ley, así como tus versos;
    eres un universo de universos
    y tu alma una fuente de canciones.
    La celeste unidad que presupones
    hará brotar en ti mundos diversos,
    y al resonar tus números dispersos
    pitagoriza en tus constelaciones.

    Escucha la retórica divina
    del pájaro del aire y la nocturna
    irradiación geométrica adivina;

    mata la indiferencia taciturna
    y engarza perla y perla
    cristalina
    en donde la verdad vuelca
    su urna.