• Canción de los artríticos

    Somos la flor y nata
    de los artríticos,
    somos la quinta esencia
    de los nefríticos;
    tenemos casi siempre
    hipertensión
    y una vaga hipertrofia
    del corazón.

    Nuestra elegancia es cosa
    bien manifiesta,
    nuestra presencia nunca
    es muy molesta.
    Somos unos Petronios
    de alta tensión,
    más fervientes del plato
    que de Platón.

    No pueden compararse
    con los artríticos
    los gafos ulcerosos
    o sifilíticos.
    Somos productos natos
    de selección,
    que marchan por la vida
    con distinción.

    Nos lleva suavemente
    nuestro organismo

  • Antimatemática

    Dicen que los poetas...
    Yo no sé nada ni es menester hablar
    nada de mi alarido oculto que hace años,
    escondido en cuadernos colegiales,
    formaba parte amarga de este ser que me crece.
    Pero, caramba, esta calle impronunciable
    donde el Danubio toca mis ansias extranjeras,
    me da ese no sé qué que me agobiaba
    cuando el padre Esnaola,
    vasco y jesuita él, cejudo bondadoso,
    se echaba sobre mí con sus cosenos,
    sus ángulos rectángulos horrísonos
    y su álgebra sotánica
    con que me fecundaba el pavor.

    (Estoy con mi cerveza

  • Cálculos infinitesimales

    LA luz de esas estrellas ya ha ocurrido.
    En una lejanía inapropiada
    para nuestra penosa sensatez,
    ya han muerto las estrellas que miramos.
    Millones de millones de años luz,
    agujeros del tiempo inconcebibles,
    la confabulación de la energía,
    más allá de cuanto nos resulta soportable,
    en una aterradora fiesta sin nosotros.
    Todo el escrupuloso asombro de la ciencia
    parece que conduce hasta este asombro
    con que contempla el cielo un ignorante.
    Según nos dicen, hay que seguir viviendo
    cercados de preguntas sin respuestas.

  • Cuantos

    Tanto tiempo deslumbrados
    por lo grande,
    tanto tiempo persiguiendo
    la gloria,
    el poder,
    la riqueza,
    pero
    conforme más pequeña es la materia,
    más cuesta penetrarla.
    Dios es Ínfimo.

  • Conjunción

    Mínimo destello en un océano iluminado,
    monarca menor que con su menguada corte
    deambula extraviado, inseguro de su rango,
    deslumbrante tan sólo para su plebe.

    Leve nódulo celeste, con un corazón de lava
                                  que se extingue
    y una corteza apenas rescatada del frío

  • Corpúsculos

    ¿Es posible, Dios escondido,
    que la música
    de la lira que tañes
    sea el origen del universo?
    ¿Es posible
    que disfraces tus pensamientos
    de estrellas, de rocas,
    de agua, de animales?
    ¿Es posible
    que los hombres que han existido,
    que existen, que existirán,
    no sean sino los corpúsculos
    que construyen una y otra vez
    tu cuerpo infinito?

  • Lección sobre el átomo

          Dice el filósofo sapiente
    como en el siglo XVI:

          << En esta brizna de hierba
    ves el universo. >>

          Cierto es.
    El cósmico viento
    que mueve el átomo
    y dispersa en orden
    el enjambre de las galaxias,
    también borda
    el mínimo infinito de esta hoja.

          En página 26, párrafo 3,
    renglón 7, abajo para arriba,
    lo dice este libro.

  • En lenguaje binario, la presencia ...

    En lenguaje binario, la presencia
    a la ausencia se opone, sin terceros.
    Como el día a la noche, como el alba al crepúsculo: el sol
    sale o se va. Se va.
    ¿Dónde está el sol (en lenguaje binario)
    toda vez que anochece?
    No es uno ya, cero es.
    Es.
    ¿Hay ceros amarillos?
    ¿Será redondo el uno tras el alba?

    Terceros, terceros son
    los ceros y los unos.
    (¿Qué no ha sido tercero alguna vez?)

  • Exagrama

    Previamente saludos
    al corruptible dios de la ciudad,
    operación que hace propicio
    todo cambio de fortuna;
    un soborno,
    para que la respuesta anuncie
    lo que el alma espera.
    Agua sobre agua:
    las seis líneas
    revelan progreso y logro;
    adelante, el cruce del río
    acerca alimento, música.

    Las palabras de ayer y las de hoy,
    aquel rostro y este rostro,
    son iguales. Pero avanzamos
    hacia un bien difuso,
    como un rápido cuerpo de lobo.

  • Teoría de la relatividad

    Me quejo yo que tengo a fin de cuentas dónde
    arrimarme para calentar los tres bajo cero que hace fuera
    y que se nos quieren meter en casa.

    Me quejo yo que tengo este papel
    donde hacerlo.

    Me quejo yo que puedo
    entrar en un poema muerto de frío
    y abrazarme a este verso.