• Ante la presencia real de la bomba

    Ante la presencia real de la bomba, presencia
    le los sesentas, desapareció la realidad, ¿dónde
    está?, ¿dónde está?
    La imaginábamos encima como un cielo
    inclinado pero nadie la veía porque quiso
    ser Nadie. La llamábamos ojiva, ojo no
    porque se supone que el ojo está atento,
    quieto, listo. Ojiva, como si el ojo
    fuera. También se llamaba flor nuclear, un bello
    centro de mesa. Aparecieron hombres que traían flores
    de verdad y mujeres que se movían por Estados Unidos
    repartiendo a izquierda y derecha flores de verdad,

  • La unidad

    ¡Espíritu disperso!
    ¿Sabes que la unidad
    informa el Universo?

    ¿Sabes que para abrir
    las puertas del Edén
    tienes que reunir,

    como espigas en haz,
    todas las aptitudes
    en armonía y paz?

    ¿No sabes que la unión
    de mil gotas consiguen
    batir el torreón?

    ¡Acopla las dispersas
    partículas y lánzate
    sereno a las empresas!

    iUno y flexible, como
    el cuerpo de la mar!
    Ella enarca su lomo,

    sin hacerse una grieta.
    Ella extiende su piel
    sobre la playa quieta,
    y en momentos de afán
    se levantan sus átomos

  • Neurastenia

    Huraño el bosque muge su rezongo,   Y los ecos llevando algún reproche,  Hacen rodar su carrasqueño coche   Y hablan la lengua de un extraño Congo.    Con la expresión estépida de un hongo,  Clavada en la ignorancia de la noche,   Muere la Luna. El humo hace un fantoche  De pies de sátiro y sombrero oblongo.    Híncate! Voy a celebrar la misa,  Bajo la azul genuflexión de Urano  Adoraré cual hostia tu camisa:   «jOh, tus botas, los guantes, el corpiño...!»  Tu seno expresará sobre mi mano   La metempsicosis de un astro niño.

  • Fragmentos

    La distancia más corta entre dos puntos:
    la que existe entre el tigre y la gacela.

  • ¿qué buscas en los libros...

    ¿Qué buscas en los libros,
    frente ardiente,
    corazón en brasas,
    manos temblando de impaciencia y ansias;
    qué buscas en los libros,
    con los ojos prendidos,
    como activas abejas, en las flores
    ilusorias del trazo de la imprenta?

    [...]
    ¿Buscas la ciencia
    que mane como arena
    fina, igual y cernida,
    de la universidad correcta y grave;
    arenas que reposen
    tu cuerpo fatigado?
    ¿O buscas la colina
    de clásico dibujo,
    que jamás hollarán tus plantas lentas,
    mortal cuya inquietud vaga en lo vago?

  • Diagnosis

    He sufrido por ti la escarlatina. El crujir de los   huesos cuando crecen.   He sufrido contigo la difteria, la malaria mortal              de quien lame una piedra en busca de              alimento.   Me has contagiado tus peores males.    He expiado por ti el sarampión del amor que              comienza, la artrosis voraz de la rutina.    Escorbuto de sed son tus abrazos mientras bebo              tus labios de vitamina 12.   He sufrido el dolor y la tregua.    Te he tomado con los dientes amargos con que se             muerde la aspirina.
    
    
    
    
    
    

  • El péndulo de foucault

    Filtrar eternidades, numeroso y efímero,
    deberme al artificio de un taller. Adentrarme
    por la arteria del tiempo sin tener más visado
    que un letrero heptasílabo. Centinela del verde
    de la luz, escanciar sus raudales sin pausa.
    Transpirar lejanías arraigado en un cerco.
    Oscilar libremente en todas direcciones.

  • La bomba atómica I

    e=mc2
    Einstein

    Diosa, visión de los cielos que me domina
    ¡...tú que eres mujer y nada más!

  • Rotación de la criatura

    La semilla contiene todo el aire;
    el grano es sólo un pájaro enterrado;
    la nube y la raíz sueñan lo mismo;
    la savia abre la palma de la espiga
    donde el sol y la lluvia se recrean
    y amasan con su amor el pan caliente;
    el cielo del revés mira hacia arriba
    y apunta hacia su bóveda terrestre;
    la tierra llueve cielo abajo pájaros
    y el cielo fecundado en primavera
    multiplica su luz gozosamente;
    el sueño es un sonámbulo vigía
    y el despertar su sueño verdadero.

    En el ojo de Dios verde y profundo
    la primera semilla aún busca el fondo,

  • Elogio de la historia medicinal

    Cuanto del mundo extraño
    nuestra España abastece
    y a todo el Oriente hace avaro
    no es de precio tamaño
    ni tanto te enriquece,
    Sevilla, como un hijo muy preclaro
    cuyo retrato claro
    nos representa el arte,
    que es Monardes ilustre,
    grande ornamento y lustre
    y de tu gran valor la mejor parte,
    o luz del sacro chorro
    de nuestro Betis gloria y gran tesoro.
    [...]
    Con nuevo olor eterno
    por tu verde ribera ha derramado
    y de otro nuevo mundo
    te siembra plantas de frescor jocundo.