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Soy Π, lema y razón ingeniosa
de hombre sabio, que serie preciosa
valorando enunció magistral.
Con mi ley singular bien medido
el Grande Orbe, por fin, reducido
fue al sistema ordinario usual.
Arquímedes, en ciencias preciado
crea p, monumento afamado,
y aunque intérmina dio valuación,
periferia del círculo supo,
duplicando geométrico grupo,
resolver y apreciarle extensión.
Teorema legó, memorable
como raro favor admirable
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A vosotras, estrellas,
alza el vuelo mi pluma temerosa,
del PIélago de luz ricas centellas;
lumbres que enciende triste y dolorosa
a las exequias del difunto día,
güérfana de su luz, la noche fría;
ejército de oro,
que por campañas de zafir marchando,
guardáis el trono del eterno coro
con diversas escuadras militando;
Argos divino de cristal y fuego,
por cuyos ojos vela el mundo ciego;
señas esclarecidas
que, con llama parlera y elocuente,
por el mudo silencio repartidas,
a la sombr
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Qué es el hombre
......................... se pregunta Pascal:
Una potencia de exponente cero.
Nada
......... si se compara con el todo
Todo
......... si se compara con la nada:
Nacimiento más muerte:
Ruido multiplicado por silencio:
Medio aritmético entre el todo y la nada.
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A Maria-Lluïsa Palau
-¿Podrías decirme qué es el sol? -El sol.
-¿Y la luna, podrías? -Es la luna.
-¿Y por qué llora Pedro inconsolable?
-Porque en su vida no ha tenido suerte.
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Es el lugar de las computadoras
y de las ciencias infalibles.
Ante mis ojos te evaporas
-y creo en las cosas invisibles.
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Un geólogo de Inglaterra
hizo a su país notorio,
sin moverse de su tierra,
ni aún de su laboratorio,
los ríos y las montañas
que escondían al mortal
las misteriosas entrañas
de toda el África austral.
Y Livingstone, que seguía
aquella ignota región,
de cuanto el sabio decía
halló la confirmación.
Estudiando Le Verrier
un intrincado problema,
un nuevo astro creyó ver
en nuestro solar sistema.
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Los halcones son águilas domesticables.
Son perros
de aquellos lobos.
Son bestias de una cruenta servidumbre.
Viven para la muerte.
Su vocación es dar la muerte.
Son los preservadores de la muerte
y la inmovilidad.
Los halcones: verdugos, policías.
Con su sadismo y servilismo ganan
una triste bazofia compensando
nuestra impotente envidia por las alas.
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Quiero explicarte una cosa:
¿sabes por qué sopla el viento,
y alza en blando movimiento
recio oleaje en el mar?
Madre, también me lo dijo
el maestro el otro día;
yo la causa no sabía,
mas hoy la puedo explicar.
El calor, dice el maestro,
todos los cuerpos dilata,
y el viento que se desata
es efecto del calor.
El aire, así dilatado,
mueve otras capas, y en breve
el airecillo más leve
es huracán destructor.
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Uno por uno es el hombre
cualquiera como Dios manda
y ese salvar las distancias
que mala cuenta se cantan.
Dos por uno es la evidencia
que en un dos por tres tendrás.
Dos por cuatro, buen compás.
Dos por cinco, la sorpresa
del diez redondo y total.
¡Qué divino es, por humano,
el sistema decimal!
Cero por cero es la luz
Cero por uno, el problema
(Pues con él yo creo el tú).
Cero por dos, el amor.
También cero, mas en ¡oh!
(¡Oh!, que es un eco en yo.)
Cero por tres...
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Esfera ceñida de esferas que no pueden
escapar de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectísimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sí un anillo y lo arrojara,
se caería
cogido por un extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.
Ondularía siglos, y su música
subiría por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.