Desde la aparición del cine sonoro a finales de los años 20 del siglo pasado, las películas han sido consideradas como un vehículo privilegiado para suscitar el interés por las lenguas y para ser utilizadas como herramientas útiles en la enseñanza de idiomas para un público extranjero. Las “guerras” de protección de los mercados nacionales frente a la difusión de películas de habla extranjera tuvieron una extraordinaria importancia en las décadas siguientes.
Con la generalización del doblaje y la subtitulación y el recurso a la política de cuotas se llegó a un equilibrio “de mercado” entre la oferta y la demanda y un marco mental para las políticas referidas a cómo debían regularse los viajes cada vez más frecuentes y de mayor alcance de los productos audiovisuales (cine y televisión).
Durante todo ese tiempo se han registrado fenómenos de mucha notoriedad como el éxito internacional de una telenovela como Betty la fea y de telecomedias seriadas como Los Serrano y otras. Aunque escasa, hay documentación interesante que analiza el impacto de esos y otros productos como factores influyentes en el aumento de la demanda de enseñanza del español en países tan distantes como Finlandia, Arabia Saudí, Marruecos o Senegal.
La irrupción del streaming como vehículo de distribución de alcance universal y la consolidación de las plataformas —muchas de ellas de propiedad y gestión norteamericana— han provocado una profunda transformación del papel de los idiomas en la circulación de las películas, las series y, desde fechas más recientes, los videojuegos.
El fenómeno del streaming coincide con un auge sin precedentes en la creación y producción de series habladas en español. Una industria con centros de producción extendidos en el mapa del espacio hispanohablante con nodos de gran dinamismo como España, Colombia, México, Argentina y en menor medida Chile y Perú. Y con una producción que podemos estimar entre 120 y 150 series Premium con la intervención de las plataformas y con un papel destacado de los canales de televisión.
El éxito de series en español como La casa de papel, Élite o Pálpito dibujan una situación nueva que exige un conocimiento más detallado y un aprovechamiento de su difusión internacional.
El fenómeno de la creación y producción de series Premium en español va ganando terreno de manera firme en los Estados Unidos. En este sentido, 2022 ha sido un año clave al haberse creado la primera plataforma global para series en español con la alianza entre Televisa (México) y Univisión (Estados Unidos).
Durante el seminario se tuvieron en cuenta estas innovaciones y hubo coincidencia en señalar la importancia de establecer una herramienta de seguimiento para fijar en datos concretos la evolución del fenómeno de la influencia del audiovisual en la valoración del idioma español en el espacio no hispanohablante en la tercera década del siglo XXI.
La creación de una herramienta de este tipo sería de gran utilidad tanto para la industria audiovisual de nuestros países como para las diplomacias culturales que tienen el encargo de difundir, enseñar y poner en valor el español en todo el mundo.
Con carácter general, se destacó la gran homogeneidad que conserva el español y la facilidad, con algunas reservas, con la que los hablantes de un país pueden seguir los registros hablados de películas o series de otro. Se hizo un recordatorio de la política del acento universal y de su marginación en la actualidad.
Al igual que desde el Gobierno español —a través de la dirección general del español— se está llevando a cabo una intensa labor para que el entramado de las instituciones internacionales incorporen el español como idioma de uso habitual, se recomendó incluir las realidades de la industrial global del audiovisual —cine, series y videojuegos— en la agenda de trabajo de las diplomacias culturales de los países más activos donde ya hay dinámicas creadas a diferente nivel.
El caso de la política lingüística de Netflix fue objeto de una análisis de detalle considerándola como un “estudio de caso” que presenta características que pueden aplicarse a otras grandes firmas de producción y distribución.
Además de los aspectos referidos a la subtitulación o el doblaje, se puso énfasis en los valores que se ponen en juego en las narrativas dominantes y que proyectan una determinada personalidad de las naciones y las culturas del español.
En este sentido, se llamó la atención sobre el perfil que ofrecen los datos, por una parte, y las ideas dominantes en la producción sobre los géneros, formatos y contenidos que triunfan en el mercado mundial. Dos perspectivas que no siempre coinciden.
De igual manera, se afirmó la importancia del factor geocultural para ajustar las estrategias de creación y producción y las políticas de diplomacia cultural señalando la diversidad de gustos y respuestas entre áreas como los países árabes, el África subsahariana, el público hispánico de los Estados Unidos y los países del centro y norte de Europa, entre otros.
No se trabaja para todos los millones de seguidores de series de la misma manera. Es importante pensar la diversidad y fijar un objetivo prioritario para cada producto y para cada estrategia.
Desde el punto de vista de la creación y la producción se puso de relieve la importancia de reconocer con justicia el mérito de la telenovela de los años 70 y 80. Otro tanto se dijo del reconocimiento del melodrama y un peculiar sentido del humor como rasgos que hacen que las historias en español funcionen mejor y lleguen a más públicos. En último lugar quedó de manifiesto el valor que un seminario de estas características puede llegar a tener si se consigue dirigir sus conclusiones a los responsables de decisiones tanto en la industria audiovisual como en la diplomacia cultural. Y sistematizar las investigaciones sobre todo las que se llevan a cabo en el ámbito académico.
Joan Álvarez, director del seminario.