En las cuevas de El Rejo, en el municipio de Val de San Vicente; en Los Murciélagos, en Entrambasaguas; en Las Graciosas I y II, en Medio Cudeyo; y en Solviejo, en Voto.
El pasado milenario de Cantabria nunca deja de sorprender. El equipo de investigadores que dirige el responsable de Museo de Prehistoria de Cantabria, Roberto Ontañón, ha localizado en cuatro pequeñas cavidades de la región nuevas pinturas rupestres que tendrían entre 30.000 y 20.000 años, más antiguas que las de la cueva de Altamira, fechadas hace entre 15.000 y 12.000 años. El equipo ha podido confirmar la existencia de pinturas rupestres en las cuevas de El Rejo, en el municipio cántabro de Val de San Vicente; en Los Murciélagos, en Entrambasaguas; en Las Graciosas I y II, en Medio Cudeyo; y en Solviejo, en Voto.
Ontañón ha explicado que estas nuevas manifestaciones artísticas de los antiguos moradores de Cantabria -de la época premagdaleniense o gravetiense- han sido encontradas con nuevas técnicas de fotometría y de imagen que están utilizando ahora los científicos del equipo que dirige. Hace más de veinte años, un espeleólogo informó a los arqueólogos de la posible existencia de pinturas antiguas en diversas cavidades de Cantabria, aunque las técnicas existentes en ese momento no permitían conocer sí esos hallazgos eran en realidad arte rupestre.
Los trazos de arte rupestre localizados en esas cuatro cavidades son, en general, rojos, sobre todo puntos aislados o hileras de puntos, con las que, en algún caso, se forman figuras de animales, según ha precisado Roberto Ontañón. Este descubrimiento, en el que el equipo del experto en patrimonio rupestre lleva trabajando un año, forma parte de un proyecto que puso en marcha en 2016 la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria y que aún no ha finalizado. Por ello, Ontañón no descarta que existan más cavidades con representaciones similares a las encontradas en esta cueva, y también a las localizadas en la cavidad Aurea, en Peñarrubia, donde en 2015 se informó del descubrimiento de una figuras geométricas, discos y signos ocres o rojizos, de la época premagdaleniense, también con la ayuda de unos espeleólogos.