Para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados, habrá que clausurar una gran cantidad de plantas de producción de electricidad con combustibles fósiles
Los resultados de una investigación indican que la industria de los combustibles fósiles no puede confiar en la captura de carbono y en la bioenergía para salvar sus activos.
Si se quiere mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados, habrá que clausurar una gran cantidad de plantas de producción de electricidad con combustibles fósiles. Concretamente, haría falta que estas plantas redujesen la generación de electricidad en por lo menos unos 267 PWh (el equivalente a diez veces la producción mundial de electricidad en 2019). Esta prospección se cumple incluso si se emplean tecnologías de reducción de emisiones como la captura y el almacenamiento de carbono, se recurre a la bioenergía y se reemplaza con gas natural a combustibles fósiles más contaminantes que este. Así lo ha revelado una nueva investigación internacional, cuyos autores son expertos de la Universidad de Barcelona, la Universidad de Oxford y la Universidad de Boston.
Los resultados de la investigación constituyen una severa advertencia para las empresas energéticas, que han argumentado que las nuevas tecnologías podrían reducir sustancialmente la huella de carbono generada por la producción de energía a partir de combustibles fósiles.
«En el futuro, quizá podamos utilizar la bioenergía o la captura y el almacenamiento de carbono para prolongar la vida útil de los activos de combustibles fósiles. Sin embargo, prevemos que 267 PWh de activos quedarán bloqueados, siendo optimistas. Además, no sabemos si estas tecnologías se generalizarán, ni cuándo», explica François Cohen, coautor del estudio y profesor del Departamento de Economía en la Universidad de Barcelona (UB).
En la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de Glasgow (COP26), el Climate Action Tracker anunció que hacia 2100 la Tierra se acercará a un calentamiento de 2,4 grados centígrados. Mientras tanto, se siguen construyendo y planificando centrales de combustibles fósiles.
«Si las empresas siguen invirtiendo en infraestructuras basadas en combustibles fósiles, algunos de estos activos corren el riesgo de quedar bloqueados incluso antes de ser construidos», advierte Yangsiyu Lu, de la Smith School of Enterprise and the Environment de la Universidad de Oxford. «Nuestros resultados muestran un claro riesgo para los inversores, los operadores de plantas y los responsables políticos», afirma Yangsiyu Lu.
Los autores del estudio han descubierto que, si las tecnologías de reducción de emisiones no se despliegan a gran escala, la cantidad de activos de producción eléctrica con combustibles fósiles que corren el riesgo de quedar infrautilizados aumenta hasta un 69% de media en los distintos modelos de sistemas energéticos que han evaluado.
Steve Smith, coautor del estudio y director de la Oxford Net Zero Initiative, afirma que los escenarios previstos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) conllevan un rápido despliegue de las tecnologías energéticas de bajas emisiones, como la captura de carbono y la bioenergía. Las estimaciones de los activos bloqueados suelen suponer que estas tecnologías estarán disponibles. Pero en la medida en que no lo estén, el bloqueo será aún mayor.
«Lo importante —precisa Smith— es que la mayor parte de las pérdidas que proyectamos corresponde a proyectos en curso, no a plantas que ya existen. Todavía cabe la posibilidad de frenarlos antes de que sean una carga», concluye.
El estudio se titula «Plant conversions and abatement technologies cannot prevent stranding of power plant assets in 2 °C scenarios». Y se ha publicado en la revista académica Nature Communications.