Estará ubicado en el Barcelona Supercomputing Center y contará con un presupuesto de 60 millones de Euros
Barcelona tendrá a finales de 2022 un ordenador cuántico, el primero del sur de Europa, que, además, está basado en tecnología europea. Estos ordenadores son máquinas que basan su funcionamiento en la mecánica cuántica, la rama de la física que estudia el comportamiento de la luz y la materia a nivel microscópico. Así, los computadores se aprovechan de partículas subatómicas para realizar procesos complejos, cálculos y simulaciones. Son mucho más potentes que las supercomputadoras como, por ejemplo, el MareNostrum 4.
El ordenador cuántico barcelonés, que se enmarca en el proyecto Quantum Spain, se instalará en la sede del Barcelona Supercomputing Center y estará equipado con chips de distintas generaciones y números de cúbitos. El cúbito es la unidad básica de la computación cuántica y, en ese caso, estarán basados en la tecnología de circuitos superconductores. A finales de 2022 el ordenador dispondrá de un primer chip de dos cúbitos y progresivamente irá incorporando versiones nuevas hasta llegar a los 20 cúbitos en 2025.
Según la coordinadora de Quant Spain, Alba Cervera, es importante que España y Europa dispongan de una “tecnología cuántica propia y que apueste por la creación de chips. Así no se dependerá de otros países, como Estados Unidos y China, que ahora mismo lideran la investigación en computación cuántica”. Cuando esté en funcionamiento se pondrá a disposición de la comunidad investigadora, empresas y entes públicos.
Aplicaciones de la computación cuántica
Dos de las aplicaciones más prometedoras de la computación cuántica son la inteligencia artificial y la química cuántica. En el caso de esta última, ha explicado Cervera, cuando este tipo de ordenadores evolucionen suficientemente “podremos llegar a entender mejor cómo funcionan las moléculas, cómo interactúan e, incluso, descubrir nuevas”. También alerta de que ya existen algoritmos cuánticos que “en teoría” pueden desencriptar la mayoría de códigos, hecho que “podría convertirse en un problema muy grande de seguridad”.
Otra ventaja de la computación cuántica hacia la convencional es que gasta mucho menos energía para resolver problemas complejos. “Para ponerlo en funcionamiento sólo tenemos que enfriarlo, gasta como una nevera. Mucho menos que la supercomputadora que tenemos aquí. De hecho, los ordenadores cuánticos necesitan temperaturas extremadamente bajas, similares a las existentes en el espacio.
El proyecto Quantum Spain recibirá una subvención estatal de 22 millones de euros. Se aprobó en el último Consejo de Ministros. Se prevé que se amplíe hasta los 60 millones mediante la participación de iniciativas europeas.