Existen al menos dos casos de personas que han tenido que operarse a ellas mismas en el continente helado
La autocirugía no es una práctica muy común, pero hay muchos ejemplos en la literatura médica. La mayoría ocurre en circunstancias extremas, donde operarse a uno mismo acaba siendo la única opción viable. Fue lo que le ocurrió a Leonid Ivánovich Rógozov, un médico ruso de 27 años que en 1961, mientras estaba destinado en la Base Novolázarevskaya de la Antártica, empezó a sufrir los síntomas de una apendicitis. A falta de otra opción, acabó extirpándose él mismo el apéndice ante la mirada atónita de dos compañeros que le asistieron. Podéis leer más en este hilo de Twitter.
Algunos años después, en 1999, la médico Jerri Nielsen también tuvo que recurrir a la autocirugía mientras estaba en la base Amundsen–Scott, también en la Antártida, para quitarse un bulto del pecho.
Fotografía:
Vincent van Zeijst