Ciencia y Cultura


UN ENSAYO EXCEPCIONAL

 

La invención del Quijote y otros ensayos. Azaña, Manuel.  Prólogo de Andrés Trapiello. Asociación de Libreros de Lance de Madrid. Madrid, 2005. 299 páginas.


Recuperado el texto capital de Manuel Azaña sobre el "Quijote"


 
 

A una benemérita asociación privada se debe la recuperación, en este año cervantino, de "La invención del Quijote", el texto capital que Manuel Azaña pronunció -escribió- sobre el libro genial en 1930. Esta reseña debe ser ante todo la crónica de un asombro. En efecto, ninguna editorial de mayor o menor fuste se había acordado de la existencia de este texto en medio de la superabundancia de obras y artículos. (Incluye otros tres ensayos de menor relieve, entre ellos dos sobre dos antiguas admiraciones, Valera y Valle-Inclán.)

Claro que se veía venir: el texto había sido ninguneado, para pasmo nuestro, por las bibliografías y ediciones eruditas; en vano se lo buscará en las diversas ediciones y trabajos del muy sabio Francisco Rico. Azaña da, por lo visto, para ser instrumentado políticamente, pero no da para tomárselo en serio como hombre de letras, dueño de una prosa de excepción y, también, de un soberano instinto crítico. Porque "La invención del Quijote" es uno de los ensayos más importantes que se han concebido nunca sobre la inmortal novela.

Crítico hacia dentro, Azaña indaga en la originalidad de Cervantes; la ve como resultado de la fusión, de "la corriente realista y la mitológica en una emoción sola"; sin incurrir en fáciles pesquisas biografistas, desentraña "La operación personal, terrible, de Cervantes", "que consiste en haber fiado la representación del deseo y la locura, no a un caballero poderoso que, muerto en la demanda, llevado a galeras o finando de otro modo lamentable, probaría de sobra el fracaso; sino a un vejestorio inválido. Es decir, sobre mostrar el fracaso, se burla de él y de la víctima".

Así habría logrado Cervantes su hazaña de escritor, esto es, "la operación del talento que, mediante la materia literaria, y con sus signos, implanta ante mis ojos unas formas de vida no expresadas antes por nadie". Sin vacuas erudiciones, sin biografismos irrisorios -el "Quijote", afirma, es la verdadera biografía de Cervantes-, con un rigor inmanentista, que para sí hubieran querido muchos estructuralistas, sin retóricas vanas, ni delicuescentes paráfrasis, sin orillar la españolidad de la obra, pero sin hipostasiarse con ella, Azaña, cuyas virtudes como prosista permanecen intactas, clava su diana de gran crítico en el poderoso blanco de la inmortal novela.

No tenemos inconveniente en proclamar que, junto a los prólogos al "Quijote" de Américo Castro, aunque de orientación muy diversa, este es el texto crítico más notable a que ha dado lugar la novela máxima. Y nuestro mundo editorial sin enterarse.

Miguel García-Posada