El pasado día 27 de noviembre el gobierno aprobaba la tan 'deseada' Agencia Estatal de Investigación, una agencia que, a tenor de las previsiones debería de actuar como el bálsamo de Fierabrás para curación de los males que arrastra el sistema de ciencia y tecnología español.

No ha sido fácil llegar hasta la publicación del decreto 1067/2015 de 27 de Noviembre, del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, por el que se crea la Agencia Estatal de Investigación y se aprueba su estatuto. Estaba previsto en la Ley 14/2011 o Ley de la Ciencia, que entró en vigor en plena época de la recesión económica, que venía anunciándose y desarrollándose desde un par de años antes.

El pasado viernes 27 de noviembre se creó la tan anunciada como esperada Agencia Estatal de Investigación. Dado el momento de la aprobación, a pocas semanas de las próximas elecciones generales, hubiera sido deseable haberla presentado con un acuerdo de todos los partidos de manera que se garantizara su continuidad; la nueva Agencia debe ser independiente de estas vicisitudes políticas, y no estaría de más que el nuevo gobierno, tan pronto quede constituido, así lo acordara con todos los actores.

Recientemente se ha aprobado por el Consejo de Ministros el Real Decreto para la creación de la Agencia Estatal de Investigación, <a title="Real Decreto 1067/2015, de 27 de noviembre del BOE" href="" target="_blank">Real Decreto 1067/2015, de 27 de noviembre del BOE</a>. Es un hecho esperado hace tiempo y en general aplaudido por la comunidad científica. Aunque como en todo, hay opiniones que alertan de sus luces y sombras, la mayoría lo ve como un paso positivo en la consolidación de una estructura sólida, y a la vez más flexible, para la gestión de la Ciencia en España.

Desde CRUE Universidades Espa&#241;olas valoramos muy positivamente la creaci&#243;n de la Agencia Estatal de Investigaci&#243;n, que entendemos puede ser considerada como un primer paso para el establecimiento de un pacto general para la investigaci&#243;n y la innovaci&#243;n, tan reclamada por parte de la instituci&#243;n que represento.

Históricamente existe un problema con la asignatura de matemáticas que afecta a prácticamente todos los niveles de enseñanza. Es una materia muy querida para unos pocos y odiada por muchos. ¿Qué es lo que pasa con ella? ¿Por qué no se oyen casi nunca frases como "¡Odio lengua, sociales o naturales!", pero sí oimos constantemente "¡Qué horror de mates!"? ¿Quién es el culpable de esto? ¿Tiene solución? ¿Hay algo que podamos hacer para cambiar esta situación?

A pesar de que no existe el Premio Nobel de Biolog&#237;a, los grandes avances de esta disciplina en las &#250;ltimas d&#233;cadas -especialmente en el campo de la biolog&#237;a molecular- suelen verse recompensados en la categor&#237;a de Medicina y Fisiolog&#237;a, o como ha ocurrido este a&#241;o, en la de Qu&#237;mica. Los galardonados del Premio Nobel 2015, Tomas Lindahl, Paul Modrich y Aziz Sancar, han hecho descubrimientos fundamentales acerca de c&#243;mo las c&#233;lulas pueden 'reparar' su material gen&#233;tico.

Sin duda alguna hay que felicitarse por el hecho de que en el a&#241;o 2015 el Premio Nobel en Fisiolog&#237;a y Medicina haya reca&#237;do en el reconocimiento de tres investigadores que han dedicado su vida cient&#237;fica a la creaci&#243;n y descubrimiento de medidas terap&#233;uticas centradas en combatir enfermedades tropicales.

El Premio del Banco de Suecia en Ciencias Econ&#243;micas en memoria de Alfred Nobel 2015 ha reca&#237;do en Angus Deaton, economista escoc&#233;s (Edimburgo, 1945), catedr&#225;tico en la Universidad de Princenton (EE.UU.). Deaton ha sido galardonado "por sus an&#225;lisis sobre el consumo, la pobreza y el bienestar". El premio supone un reconocimiento a la investigaci&#243;n emp&#237;rica en econom&#237;a en &#225;mbitos como el consumo y la econom&#237;a del desarrollo.

El Premio Nobel de Literatura de 2015 ha reca&#237;do en Svetlana Aleksievich, periodista y escritora en lengua rusa, nacida en 1948 en tierras de Ucrania, pero afincada y nacionalizada en Bielorrusia, por su obra "polif&#243;nica, monumento al sufrimiento y al valor en nuestro tiempo", tal y como la ha calificado la secretaria permanente de la Academia Sueca en su comunicaci&#243;n del fallo.