23.10.2002
La acrilamida, una sustancia tóxica con probable potencial oncogénico, ha dejado de ser una absoluta desconocida para convertirse en la protagonista alimentaria de moda. Desde que se detectara accidentalmente su presencia en alimentos comunes como el pan, las galletas o las patatas fritas, hace seis meses, ha sacudido tanto las estructuras de la industria como la susceptibilidad de los consumidores.