26.12.2001
La vida media útil de un ordenador y de sus distintos componentes se ha visto extraordinariamente reducida a lo largo del último decenio. De los seis a siete años que se calculaban hasta hace relativamente poco tiempo para una CPU (unidad central de procesamiento) o una pantalla, en la actualidad nos hemos situado a poco más de cuatro y, según distintas estimaciones, va a reducirse a apenas dos para 2004. La culpa, si es que alguien la tiene, debe repartirse entre la industria de fabricantes y el propio consumidor, ávido de innovaciones, de nuevas prestaciones y de mayor velocidad y capacidad de almacenamiento de datos.